Se hablará de ella: Guadalupe Ortiz de Landázuri
La santidad de Guadalupe, como recuerda el Papa Francisco, forma parte del «rostro más bello de la Iglesia», su imagen más auténtica, porque se trata de la vida del mismo Cristo que se da a todas las personas que le rodean.
Conocerle y conocerte (I): Robar el corazón a Cristo
El buen ladrón con una palabra robó el corazón a Cristo y abrió las puertas del Cielo. Así es la oración: una palabra que roba el corazón a Jesús y nos permite vivir, desde ese momento, junto a Él.
La luz de la fe (XVI): ¿Entre Dios y yo? Liturgia y sacramentos
La centralidad de Jesucristo en nuestra vida adquiere su sentido más pleno y real en la celebración litúrgica, cuando Dios se deja "rozar" por nosotros y nos trae el hoy de su salvación.
La luz de la fe (XV): fuerzas invisibles: los ángeles, el demonio y el infierno
Los ángeles aparecen como «espíritus destinados a un servicio» (Hb 1,14) que se puede resumir en dos acciones: alabar incesantemente a Dios y cuidar de los hombres, ejerciendo así una participación en la providencia salvífica de Dios.
Dar al mundo su modernidad
El sueño de un 2 de octubre en el que Dios nos sigue invitando a mirar hacia el futuro.
Algo grande y que sea amor (XII): Frutos de la fidelidad
La certeza de saberse siempre con Dios es fuente viva de esperanza, de la que brotan sin parar nuevos manantiales de alegría y de paz que fecundan nuestra vida y la de los que nos rodean.
Algo grande y que sea amor (XI): Caminar con Cristo hacia la plenitud del Amor
«El camino se resume en una única palabra: amar, (...) tener el corazón grande, sentir las preocupaciones de los que nos rodean, saber perdonar y comprender: sacrificarse, con Jesucristo, por las almas todas» (San Josemaría).
Algo grande y que sea amor (X): ¡Somos apóstoles!
Para un cristiano el apostolado no es simplemente un encargo que supone ciertas horas; ni siquiera un trabajo importante: es una necesidad que brota de un corazón que se ha hecho «un solo cuerpo y un solo espíritu» con el Señor.
La luz de la fe (XIV): el Bien y el Mal: el orden moral
La naturaleza tiene una finalidad y un orden interno propios –con sus leyes, ritmos y ciclos–. Este orden interno, la Moral, es como una «gramática» que debemos aprender y respetar si queremos relacionarnos adecuadamente con la naturaleza.
Pasión por la verdad
El mundo necesita “testigos apasionados y coherentes de la verdad”. En una época en la que el relativismo ha convencido a muchos de que es imposible conocer la verdad, la pasión por buscarla y transmitirla se ha convertido en una gustosa tarea para los cristianos.