“Don Álvaro te miraba con ojos de piedad”

Soy Eulalia Sánchez Taramona de Oré, más conocida como “Lala”, nacida en Perú y Cooperadora de la Obra. Tengo un pequeño comercio en Cañete, Perú.

Voy a la beatificación para agradecer a don Álvaro muchos favores. Uno de ellos es la salud de mi esposo que estuvo delicado y ahora se encuentra bastante mejor. Hace 15 días le operaron y se ha recuperado. También le pedí conseguir los medios económicos para pagar el viaje; de hecho, han aumentado las ventas en mi bodega de abarrotes. Voy a Madrid con un grupo de 50 personas procedente de Cañete y Yauyos con la ilusión de vivir con miles de personas ese momento tan importante, que será para Gloria de Dios.

Además, me gustaría conocer el sitio donde nació y creció don Álvaro, y también la ciudad donde nació el Opus Dei. Eso será muy importante porque lo hemos leído en los libros, pero estar allí es vivirlo.

Mi hijo mayor nació un 23 de marzo, el mismo día que falleció don Álvaro, y murió con sólo 19 años. Desde entonces mi devoción creció mucho

A través de las películas que se grabaron de las tertulias con san Josemaría conocí a Álvaro del Portillo porque siempre le acompañaba. Casualmente mi hijo mayor nació un 23 de marzo, el mismo día que falleció don Álvaro, y murió con sólo 19 años. Aquello fue muy doloroso para nosotros. Desde entonces mi devoción creció mucho. Le pido que me ayude, que me dé fuerza y valor para seguir trabajando, también le rezo para imitarlo en su bondad. Y acudo a él también por los niños que sufren necesidades. Tengo la estampa del futuro beato en mi carterita, la llevo a todos lados y la doy a conocer a mis amigas.

De Álvaro del Portillo destacaría la manera de expresarse, sus palabras vibrantes que he escuchado en sus tertulias. Era una persona muy alegre, sonriente, que te miraba con ojos de piedad. Me inspira confianza.

En Cañete asisto a los medios de formación que imparte el Opus Dei. Después de la beatificación iremos a santuarios marianos como el de Torreciudad y llevaremos una copia de nuestra Madre del Amor Hermoso que san Josemaría regaló a Cañete.

Rezaré por la salud de toda la familia, por los sacerdotes, y por la paz en el mundo

La beatificación es algo muy emocionante: compartirlo con gente de los cinco continentes resulta único. Todos juntos agradeceremos a Dios la vida santa de don Álvaro. San Josemaría estará muy contento porque le ayudó mucho, se apoyó en él y se sacrificó por sacar la Obra adelante. Es un día para estar muy cerca del Señor y de la Virgen. Rezaré por la salud de toda la familia, por los sacerdotes, y por la paz en el mundo. También pediré por el Opus Dei para que llegue a más países y difunda el mensaje de San Josemaría que nos ayuda a vivir la vida con alegría y a buscar a Dios en el mercado, en el trabajo, en la familia, en todo lo que hacemos.