Una profesora hace la alquimia entre ciencia y fe en cátedra universitaria

El apostolado requiere abundancia de vida interior y sus límites son insospechados en cuanto a usos y maneras. Juanita Figueroa, Agregada del Opus Dei, es docente universitaria y sabe unir las enseñanzas científicas con la transmisión del magisterio de la Iglesia. Un recurso pedagógico que le ha dado excelentes resultados con estudiantes de Ciencias Ambientales es la encíclica Laudato Si del Papa Francisco

Puerto Ordaz, Venezuela.

El Papa Francisco comprende muy bien la importancia de cuidar nuestra casa común: La Tierra; ese lugar donde Dios puso a los seres humanos para que trabajaran y fueran fecundos. Por eso el 18 de junio de 2015 publicó su segunda Encíclica llamada Laudato Si, en la que invita a reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos sobre nuestro planeta, y dedica siete capítulos a los distintos aspectos de la actual crisis ecológica en el mundo.

Soy profesora de la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG) en Puerto Ordaz, Estado Bolívar y en junio de 2018, utilicé como recurso pedagógico la Encíclica del Papa Francisco en el curso que dicto: Servicios Ecosistémicos: una visión desde los Sistemas Socioecológicos, dirigido a estudiantes de la Maestría en Ciencias Ambientales, mención Ecología Aplicada y Gestión Ambiental, en el Postgrado de Ciencias Ambientales. La iniciativa responde a la invitación de Laudato Si sobre la preservación y concientización sobre el cuidado del planeta.

El objetivo del curso era proporcionar a los estudiantes los elementos claves para analizar la ciencia de la sostenibilidad, las relaciones dinámicas y complejas entre el capital natural (ecosistemas y biodiversidad) y el bienestar humano (sistema social), a través del flujo de los servicios ecosistémicos. De este modo, además de cumplir con el objetivo de transmitir conocimientos, intenté imprimir un carácter más trascendente que eleva el conocimiento al bien común de las personas y a verdades eternas.

En septiembre de 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba los Objetivos de Desarrollo Sostenible, conocidos también como Objetivos Mundiales, resultan de un acuerdo entre las naciones que hacen un llamado a la adopción de medidas para poner fin a la pobreza, impulsar la protección del planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz, prosperidad y bienestar.

En este sentido, como estrategia de evaluación del curso y para motivar a los estudiantes, les propuse a mis alumnos que realizaran un trabajo sobre las aportaciones de la carta Encíclica Laudato Si en el contexto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Mi intención era, además de impartir el conocimiento académico-científico, lograr que se conociera y se divulgara la Encíclica del Papa Francisco entre todos los estudiantes del postgrado.

La exposición del trabajo estuvo a la altura de las exigencias académicas. Me alegró el entusiasmo y comentarios de los estudiantes, quienes no tenían altas expectativas sobre la Encíclica, sin embargo, quedaron gratamente sorprendidos y enamorados de su contenido y lenguaje accesible. Incluso, algunos comentaban que se sentían motivados a rezar nuevamente y con intenciones de difundir la Encíclica entre sus amigos.

Entusiasmada por la receptividad de Laudato Si, les di la oportunidad de presentar el trabajo en la X Jornada de Investigación de la UNEG, realizadas del 24 al 26 de octubre 2018. Esta actividad fue ocasión de hablarles sobre lo que representa el Papa, el cariño que le debemos, la importancia de rezar por su persona y dejar claro que ciencia y religión no se contradicen, pues Dios es el Creador de todo ese ámbito de estudio científico.

Laudato Si o Nuestra Casa Común, nos invita a tener una visión global y planetaria que se refleja en una conducta de respeto, cooperación, austeridad y cuidado con el medio ambiente. A su vez, representa una articulación en el debate social, económico y político sobre la crisis ambiental y los objetivos de desarrollo sostenible.

El Papa insiste en la interrelación sistémica entre lo humano y lo natural, ante la actual crisis de estos ámbitos que tiene implicaciones filosóficas y éticas para encarar los pro­blemas socioambientales.

La Encíclica Laudato Si, pro­mueve la integración de la persona con la naturaleza, con la creación. Busca armonizar la persona consigo misma con el fin de integrarla en comunidades y sociedades, integrar la crisis ambiental con las cuestiones esenciales y existenciales del desarrollo, integrar las sociedades, en un marco de respeto de la diversidad, y las principales cosmovisiones para encontrar un camino de diálogo común a todos.

La docencia en el ámbito de las ciencias ambientales que desempeño desde hace años en la Universidad se ha convertido en una alquimia que conjuga ciencia y magisterio de la Iglesia, que va dejando semillas de fe en tierra joven y fértil.

Juanita Figueroa