Convivir a distancia y ¡entre redes!

El estado Zulia, en Venezuela, ha pasado por momentos muy complicados en los últimos años, por eso, ante la pandemia del coronavirus volvieron a sacar su mejor disposición y se las ingeniaron para hacer una convivencia por WhatsApp, muy alentadas por mensaje que el Papa Francisco envió a los jóvenes en Semana Santa

Las redes sociales son el día a día de cualquier estudiante. Muchas de nuestras comunicaciones ya las resolvíamos por allí antes de la cuarentena, así que cuando vimos que este año nuestra Convivencia de Pascua no la podríamos hacer “en persona”, en la Residencia Universitaria Albariza en Maracaibo nos planteamos tener una Convivencia de Semana Santa on line.

Disponíamos de excelentes recursos: material en la web del Opus Dei, los audios de 10 minutos con Jesús, unas charlas que grabarían en Caracas y colgarían en YouTube, y el compromiso de nuestro capellán de grabar cortas meditaciones alusivas a los sucesos que conmemorábamos y, sobre todo, el horario de las Ceremonias que celebraría el Papa Francisco en San Pedro y se trasmitirían en televisión. Además, y en nuestra ciudad casi milagroso, contábamos con una buena conexión de Internet en la Residencia.

Las palabras del Papa Francisco a los participantes del UNIV 2020 nos llenaban de ánimo: Estimados estudiantes, espero que esta Semana Santa sea ocasión providente para que todos fortalezcan su relación personal con Jesús y su fe en el Crucificado y Resucitado. Dada la situación que estamos viviendo, tanto el UNIV, como otras tantas Convivencias y Encuentros de Pascua, no se llevarían a cabo. Pero en Albariza nos inventamos las ocasiones de fortalecer la relación personal con Jesús y la fe en el Crucificado y Resucitado.

Tuvimos presente algunas dificultades: muchas de nuestras amigas no tienen conexión de Internet y en varias zonas de Zulia hay recortes del servicio de electricidad en distintas horas. Les teníamos que ofrecer algo sencillo y animante, fácil de vivir.

Lo rezamos, pensamos y pusimos manos a la obra. Hicimos el plan de la Convivencia y fuimos contactando amigas, residentes, ex residentes… a todas les explicábamos lo que queríamos y cómo pensábamos hacerlo, y las animábamos a invitar a otras amigas. El Miércoles Santo se conformó el grupo en WhatsApp llamado Encuentro de Semana Santa con todas las que se animaron a participar.

Esa tarde les explicamos que buscábamos fortalecer nuestra relación personal con Jesús y nuestra fe en el Crucificado y Resucitado, como nos había pedido el Papa Francisco. Se les envió el plan y material del día siguiente. Luego nos fuimos presentando cada una y fue conmovedor ver que algunas estaban fuera de Maracaibo y otras en países diferentes: siete en Barquisimeto, dos en Punto Fijo, una en Ciudad Ojeda, dos en Colombia, dos en Chile, tres en Estados Unidos y el resto en Maracaibo. En total éramos ¡56 participantes!

Fueron cuatro días de Convivencia llenos de actividades y buen material. Se les enviaban los links y también el material descargado o los textos, para que les fuera más sencillo abrirlo desde sus celulares. Las ceremonias con el Papa las seguíamos por televisión, porque hasta un canal regional las transmitió. Algunas participantes no lograban seguir las actividades en el momento, por falta de electricidad o de conexión, pero lo hacían más tarde y luego lo comentaban. También les enviamos una clase diaria, por texto, donde se les explicaba lo que se conmemoraba ese día y el significado de cada parte de las ceremonias de Triduo Pascual. También tuvimos dos inesperados y maravillosos regalos: las meditaciones del Prelado del Opus Dei, que nos ofreció a través de la web, y el poder rezar frente a la ostensión extraordinaria de la Sábana Santa en Turín, el Sábado Santo.

Como buena convivencia no podían faltar ratos para compartir: un día nos presentamos todas, otro encuentro consistió en que cada una enviara su canción favorita, algunas se lanzaron a mandar videos personales cantando o bailando. También hubo ratos de deporte, y hasta de juegos en familia. Se previó hacer un video con la participación de todas las convivencias on line que se tenían en distintos lugares de Venezuela. Nuestra contribución fue un video de caritas y palabras sobre Coronavirus, Cuarentena, Encuentro y Familia que fueron enviando y montaron dos de ellas. Además, enviamos un mini-video de las hermanas Molero haciendo un show. El video final resultó muy simpático.

No podía faltar alguna actividad que nos ayudara a darnos a los demás. Así que nos propusimos llamar a una persona sola o enferma que necesitara de nuestro apoyo y cariño. Se estableció un tiempo para hacerlo y luego, la que quisiera, compartiera la experiencia. Una de las participantes escribió: “la actividad de hoy me parece genial. Hay mucha gente que en este momento necesita por lo menos cinco minutos de compañía”

A través de la cuenta de Instagram de la Residencia, pudimos tener dos actividades en vivo: oración ante el sagrario de la residencia el Jueves Santo y el rezo del rosario el Viernes Santo en la mañana, desde el Oratorio (enfocamos la escena de Jesús en brazos de la Virgen después de la Crucifixión y un Crucifijo) Desde temprano todas habían estado enviando sus intenciones para el Santo Rosario: el Papa, los enfermos, familiares, el cese de la pandemia, Venezuela, los médicos… Invitamos a muchas amigas y familiares que se fueron uniendo.

Al final de cada jornada la que quería manifestaba sus impresiones y testimonios. Algunos de sus comentarios, de esos días, fueron: “ Feliz de poder estar al día y poder sentir a Dios más cerca… y compartir con todas sin importar la distancia ni las circunstancias”, “Gracias por ayudarnos a todas las que estamos aquí y no sólo a nosotras, sino también a nuestras familias”, “¡Muy buen plan y muy necesario para la época y la fecha!”, “¡Me di cuenta de que me he alejado mucho de Él por cosas que no llenan! ¡No quiero estar lejos de Él! Quiero sentirme acompañada, sé que Dios no me abandona y que siempre está presente en mi vida ...

El saldo de esta iniciativa fue realmente positivo. La mayoría de las participantes compartían las actividades con sus familias, logrando esos círculos concéntricos de los cuales hablaba San Josemaría. Muchas de ellas han pedido continuar su formación on line, quieren seguir creciendo para adentro, en estas circunstancias tan adversas.

Maite, María Mercedes y Bárbara, residentes de Albariza que hicieron la Convivencia online