Correr y pegarle a la pelota, una jugada que lleva a Dios
Como buen "botija", ya de chico corría tras la pelota. Siguió paso a paso los caminos hacia el fútbol mayor: el baby, las divisiones inferiores y finalmente la primera división de Danubio, el equipo de la Curva. Siempre intentó al ingresar a la cancha no dejar su vida cristiana en el vestuario y procura que sus compañeros de equipo se acerquen más a Dios sabiendo que -esa también- es una jugada genial
“Lo que aprendí de un maestro de la libertad”
Comenzó a asistir a una residencia universitaria del Opus Dei en el año 1969, época de enfrentamientos políticos y guerrilla urbana. Allí aprendió que se podían conciliar los deseos juveniles de justicia y cambio social con el es-píritu de servicio a través del trabajo bien hecho. Y no olvida una frase de Josemaría Escrivá: “que caminéis juntos, que os comprendáis, que no digáis una palabra desagradable, que sepáis ir del brazo de quien no piensa como vosotros”.
“Cómo el Fundador obró en mi fe”
Nació en el interior y tuvo una vida que consideró desgraciada, lo que lo llevó a alejarse de la religión por sentirse enojado con Dios. Pero con el tiempo, y a través de personas que Dios colocó a su lado, volvió a practicar la fe y encontró también el mensaje de San Josemaría, de quien destaca su sensible inclinación artística
“Nunca hablábamos del fundador o de Escrivá; era el Padre”
Fue de los primeros uruguayos en conocer el Opus Dei, allá por 1957. Cuando en 1974 vio personalmente por primera vez a San Josemaría, se dio cuenta que ya lo conocía. Es que habían sido muchas las horas pasadas en la residencia Iará asimilando el espíritu del Opus Dei que procuraban transmitir quienes iniciaron en el país la labor de la Obra
La “indignación” por tener un hijo del Opus Dei
Una madre de familia numerosa se indigna cuando su hijo le cuenta que se hizo del Opus Dei. Todo lo que ella creía que era obra suya –y buena razón tendría- pensó que era obra del Opus Dei. Con los años sería ella quien pediría la admisión. Hoy, a los 85 años, recuerda todo con una gran alegría y se arrepiente del tiempo perdido.
"Me di cuenta de que podía ser buen cristiano, hincha de Peñarol y político colorado"
Hijo 100 por 100 de la política, quedó impactado con la homilía de Juan Pablo II en Luján, durante la guerra de Malvinas. A partir de allí sus ideales tuvieron otro sustento y hoy explica a diestra y siniestra –que para eso es político- la libertad de la que gozan los miembros del Opus Dei y la unidad entre la fe y la vida corriente
La razón de un compromiso
Los monjas de los dos conventos de clausura de las Hermanas Clarisas de Uruguay son cooperadoras del Opus Dei. De San Josemaría algunas ya escuchaban sus enseñanzas desde la primera mitad de siglo. Y con los años del Concilio Vaticano II encontraron en él una doctrina clara a la que aferrarse. Eso es lo que hacen desde entonces.
Un párroco de una zona semi-rural rodeado de amigos
Párroco de un barrio semi-rural de Montevideo, relata la preocupación de sacerdotes del Opus Dei por acompañar a sus colegas que se encuentran más solos o necesitados de apoyo
“Hay una sola raza, la raza de los hijos de Dios”
Hace ya tres años que dejó Montevideo para iniciar la labor apostólica del Opus Dei en Sudáfrica. Hoy está en la primer residencia interracial de ese país y se asombra por como gentes tan distintas pueden vivir un mismo espíritu
El cariño de San Josemaría por las residencias universitarias
Como miles de uruguayos del interior, llegó a Montevideo a estudiar y vivió en una pensión. Lo invitaron a una charla de formación cristiana “por casualidad” y a los pocos años pasó a ser el director de la Residencia Universitaria Montefaro, una de las labores apostólicas más queridas por San Josemaría