Una enfermera en el corazón herido de África

Candelas Varela es una joven española del Opus Dei que está viviendo en primera persona el conflicto del Congo, país centroafricano sumido en una cruenta guerra civil desde hace 7 años.

Candela ante las obras del nuevo hospital de Monkole.

Cuando Candelas decidió ejercer su profesión de enfermera en la República democrática del Congo, sabía que tendría que afrontar situaciones difíciles, vivir de cerca la miseria, la falta de medios básicos para curar, pero lo que seguramente no podía sospechar es que, de los 11 años que lleva allí, 7 de ellos los viviría en un país en guerra...

"Soñaba con ir a África, aportar mi grano de arena para el desarrollo...". Quería ayudar y le propusieron entonces ir al Congo, donde desde 1980 el Opus Dei desarrollaba su labor apostólica. "Y aquí vine, y no me arrepiento. En realidad son once años ya, pero pasaron como si hubieran sido uno o dos y, a pesar de la guerra que parece interminable, volvería a tomar la misma decisión...".

Candelas admira al pueblo congoleño, que en realidad es un pueblo tranquilo, que se adapta facilmente y sabe vivir con muy poco. Les gusta más bailar que trabajar, aunque tienen habilidades manuales y son decididos. "De nada siempre sacan algo, es un pueblo que sabe acoger, ser alegre y sobrevivir donde otros murieron...".

Conoce de cerca algunos problemas actuales graves: las altas cifras de niños-soldado, los problemas políticos y militares con otros países por la defensa del territorio o el control de sus ricos recursos naturales (especialmente el coltán), a la falta de medios sanitarios...

Con una alumna de la Escuela de enfermería.

Para ayudar a la población, decidió hace años ir a este país, donde trabaja con entusiasmo como directora de la Escuela de Enfermería del Hospital Monkole, iniciativa de ayuda al desarrollo promovida por personas del Opus Dei, junto con cooperadores y amigos de diversos países, para intentar ayudar al Congo en el aspecto sanitario.

Formar profesionales nativos que puedan atender a la población es su objetivo desde hace años... Y también necesitan luchar diariamente por atender a los desplazados, a los heridos, etc.

“Fue preciso además abrir camino y hacer ver que las mujeres podían ser también enfermeras, y no sólo los hombres y que no es un trabajo de segunda clase, sino una gran ayuda social, un servicio importante y necesario”.

"Nuestra asociación CECFOR cree en el desarrollo a través de la formación, del intercambio de experiencias. Es un trabajo a muy largo plazo para el que es esencial tener paciencia. Pero claro, cuando hay inestabilidad política es muy difícil trabajar". 

Aún así, no faltan los proyectos: "Entre los que estamos desarrollando -refiere- hay uno financiado por la cooperación española para la formación de 2.300 enfermeros en salud infantil, higiene hospitalaria y educación para la salud". 

Policías enfermeros se manifiestan junto a Candelas Varela (en el centro) para pedir la paz en el Congo.

"También tenemos otro que quizá sea financiado por la Unión Europea, e incluso contemplamos la construcción de un nuevo Hospital, pues el actual quedó pequeñísimo, y si hay algo que verdaderamente hace falta aquí son los hospitales". 

Los días pasan para Candelas trabajando... "La verdad es que no hago nada especial, trabajo, trabajo, trabajo... Por supuesto, rezo, y, en mi escaso tiempo de ocio, voy de excursión, escucho música, veo cine por TV, y procuro no perderme un partido de Rafa Nadal, si lo emiten...".

Candelas aprendió mucho de los congoleños y está decidida a seguir promoviendo su capacitación profesional, para que puedan desarrollar su país, con su propia cultura y sus abundantes recursos humanos y naturales.

Publicado en El Faro de Vigo