Mons. Derville: “El prelado hace sentir la paternidad amorosa de Dios”

Reproducimos la entrevista que Aymeric Pourbaix (de la agencia francesa i.media) realizó a mons. Guillaume Derville, director espiritual de la prelatura del Opus Dei, el pasado 21 de enero.

Mons. Guillaume Derville.

Usted es el responsable de la parte litúrgica del Congreso electivo. ¿Qué papel juega la oración en la elección del prelado del Opus Dei?

La liturgia se encuentra en el corazón de la vida de la Iglesia, y por tanto de la prelatura. Será central en el Congreso electivo, que empieza con una celebración eucarística: la misa votiva del Espíritu Santo abrirá nuestros corazones.

Cada día compartiremos largos momentos de oración silenciosa en común y dispondremos de mucho tiempo para el recogimiento personal.

Por otro lado, cada día compartiremos largos momentos de oración silenciosa en común y dispondremos de mucho tiempo para el recogimiento personal. Dejaremos que la Escritura nos enseñe, especialmente esta semana con la carta a los hebreos, los salmos, que unen nuestra esperanza, y las parábolas del reino, que nos recuerdan que lo más importante es lo que hace Dios.

Por lo demás, la Santa Sede fijó en su día el 24 de enero como fecha de celebración en la prelatura de la fiesta de Santa María de la Paz, título de la iglesia prelaticia, que es de alguna manera la “catedral” de la prelatura. La coincidencia es providencial, y nos compromete: trabajaremos bajo la mirada de la Virgen María.

La elección del nuevo prelado es luego ratificada por el Papa. ¿En qué sentido es importante esto para el Opus Dei? ¿Se trata de algo puramente formal?

Este requisito formal es fundamental y está lleno de sentido. El Papa nombra libremente a los obispos diocesanos. El Opus Dei pertenece a la organización ordinaria de la Iglesia, por lo que el Papa Francisco nombra al prelado. Se trata, por tanto, de algo esencial.

En la Iglesia existen diversos procedimientos, pero la decisión pertenece al Papa. Él es nuestro padre común: es el principio y fundamento de la unidad de la Iglesia, por la que oramos especialmente esta semana, en unión con él. Todos los mártires cristianos intercederán por esta unidad.

¿En qué sentido es este un punto de inflexión para el Opus Dei? ¿Cuáles son los próximos retos?

Yo hablaría más bien de una nueva etapa. El futuro prelado ciertamente no habrá vivido junto al fundador en la medida en que lo hicieron sus predecesores, pero las orientaciones de la Iglesia y los escritos de san Josemaría dibujan claramente el carisma y la misión de la prelatura.

El reto es, tanto para el prelado como para el Opus Dei, el de una fidelidad humilde, inteligente y generosa, llena de fe.

Le corresponderá ser un buen padre, hacernos sentir la paternidad amorosa de Dios y ayudar a los fieles a encarnar el espíritu del Opus Dei en el mundo de hoy. Tendrá las luces del Espíritu Santo, este dinamismo del amor increado que vivifica y renueva todas las cosas.

El Opus Dei nació en la Iglesia, y crece en ella, esencialmente en la Eucaristía y en la oración: dejando hacer a Dios. Por lo tanto, el reto es, tanto para el prelado como para el Opus Dei, el de una fidelidad humilde, inteligente y generosa, llena de fe.

El carisma de san Josemaría era una espiritualidad de la vida cotidiana. ¿Por qué es necesaria hoy en día?

Todo lo que san Josemaría transmite proviene del Evangelio. En primer lugar, la confianza en la paternidad amorosa de Dios, su providencia amorosa y exigente a la vez; algo importante hoy, en que se hace notar la necesidad de un mayor aprecio de la paternidad.

La atención se centra a continuación en el amor al mundo como un lugar de encuentro con Dios y de servicio a los demás, en el trabajo profesional y en las actividades corrientes, porque es ahí donde se encarna nuestra filiación divina.

Este espíritu entusiasma a muchas personas: responde a expectativas a veces no formuladas. ¡Descubrir en la prosa del mundo ese maravilloso poema que estamos llamados a escribir con Dios!

Este espíritu entusiasma a muchas personas: responde a expectativas a veces no formuladas. ¡Descubrir en la prosa del mundo ese maravilloso poema que estamos llamados a escribir con Dios!

El poema de una vida llena de la esperanza del cielo a través de una felicidad aquí abajo: la cruz y la resurrección, sea uno informático, abogada, o una persona de cincuenta años en paro, trabaje uno como funcionario o en la cocina de un restaurante.

Al Opus Dei se le ve activo en el campo de la comunicación. ¿Cuáles son en su opinión los desafíos espirituales en esta cuestión?

La fe es ella misma un mensaje, un mensaje de salvación. Proclama una verdad que es en primer lugar una persona, la de Jesucristo. La Anunciación a María es la primera comunicación en el Evangelio. Más que invertir en comunicación, lo importante es la autenticidad de cada cristiano, que cada uno procure ser portador de Cristo.

Me parece que mostrar hasta qué punto la verdad es amable y liberadora es un desafío esencial. La alegría de la vida cristiana y el “mirad cómo se aman” que caracterizaba a los primeros cristianos son para mí entusiasmantes

La comunicación cristiana compromete con el amor a la verdad y a la libertad, con la certeza de que Dios ama y llama a cada uno, como alguien único en el mundo. ¿Un desafío? No edulcorar el Evangelio, no sacrificar la verdad a la libertad ni la libertad a la verdad. La verdadera libertad es la de amar, la de darse.

Me parece que mostrar hasta qué punto la verdad es amable y liberadora es un desafío esencial. La alegría de la vida cristiana y el “mirad cómo se aman” que caracterizaba a los primeros cristianos son para mí entusiasmantes: se trata, literalmente, de dejarse arrastrar por la pasión de Dios.