Mari-Vivian: una experiencia personal en Estonia

Mari Vivian es estonia y quiso enviarnos su testimonio personal tras trabajar diaramente con personas del Opus Dei en Tallinn. “En este tiempo me he enriquecido mucho, profesional y humanamente. Y tambien he conocido la fe cristiana”, dice.

'En estos meses he aprendido a trabajar y cómo hacerlo con amor y dedicación'.

“Trabajo desde hace un año en la administración del centro del Opus Dei en Tallinn, capital de Estonia. En este tiempo, puedo afirmar que me he enriquecido mucho, profesional y humanamente. Y tambien he conocido la fe cristiana.

Para empezar debo tal vez señalar que tenía serios prejuicios respecto a la Iglesia Católica y al Opus Dei en particular.

Me influyó mucho lo que aprendí en la escuela post soviética, tanto en las clases de historia como de educación cívica: guerras de religión donde se imponía la fe a fuego y espada; compra-venta de indulgencias; la iglesia y sus estructuras de poder; sumado a que en realidad no sabía casi nada de la Iglesia Católica.

Desde el día que empecé a trabajar en un centro del Opus Dei he descubierto tantas cosas hermosas e increíbles que jamás hubiese soñado la existencia de algo así.

Inicialmente me impresionó la paciencia y el carácter afable de mis compañeras de trabajo, que pertenecen al Opus Dei. Más todavía me impactaron sus profundas convicciones que manifiestan un amor y una confianza en Dios que no tiene fisuras.

Esto no lo descubrí de inmediato sino poco a poco, gradualmente. Al principio no podía creer que mis compañeras católicas tuviesen una vida tan íntima de unión con Dios. Se puede ver día a día, por la forma cómo trabajan y cómo hablan de Jesús.

'He descubierto tantas cosas hermosas e increíbles que jamás hubiese soñado la existencia de algo así'.

En estos meses he aprendido a trabajar y cómo hacerlo con amor y dedicación. Al menos lo he visto plasmado en la realidad.

Respecto a la fe he podido apreciar las cosas con una perspectiva más abierta, con mayor confianza y respeto. Mi vida y mis relaciones con los demás han cambiado y eso es sobre todo obra de Dios nuestro Señor. También pienso que el Opus Dei ha hecho su parte.

Aprecio el Opus Dei. En nuestro pequeño país esta institución es como un rayo de luz.

Al hacer discretamente su trabajo de cada día, los miembros de la Obra dan un ejemplo maravilloso que es un punto de apoyo y esperanza para muchas personas".

Mari Vivian