La caridad de la Iglesia, palanca para mover el mundo

La caridad moverá el mundo. Bajo esta premisa, diversas asociaciones que trabajan con pobres y necesitados han debatido en la Universidad de la Santa Croce (Roma) sobre el impulso que la actividad caritativa de los cristianos debe tomar tras la publicación de la encíclica “Deus Caritas est”.

Mons. Guerino Di Tora, director de Caritas Roma; Vincenzo Faccioli, periodista de Asia News; Enrique Colom, profesor de Teología Moral Social; y Rosella Villa, portavoz de la iniciativa Harambee 2002.

La Universidad de la Santa Croce, en Roma, ha acogido la Jornada de Estudio titulada: “El perfil específico de la actividad caritativa de la Iglesia, según la Deus Caritas est”. Al acto han acudido numerosos voluntarios de iniciativas de solidaridad y estudiantes.

Han intervenido Enrique Colom, profesor de Teología Moral Social en dicha universidad; Vincenzo Faccioli, periodista de Asia News; Mons.Guerino Di Tora, director de Caritas Roma; y Rosella Villa, portavoz de la iniciativa Harambee 2002.

El profesor Colom ha analizado qué supone la caridad en el mundo actual: “El hombre es más dueño de sí mismo y crece como persona en la medida en que crece en el amor y en la entrega a los demás”.

Ya que el hombre es un ser que necesita relacionarse “el amor es la condición más importante para el desarrollo de la sociedad. Debe ser el alma de todo ordenamiento social. Si queremos construir un mundo más humano es necesario revalorizar la caridad social”.

“Todos necesitamos solidaridad, pero es necesario volcarse con aquellos grupos más necesitados, para lograr su mejora integral, no sólo en el aspecto económico. Hay que vivir el amor preferencial por los pobres, superando las divisiones étnicas, ideológicas y territoriales”.

En la mesa redonda posterior, el director de Caritas Roma ha afirmado que “el desadaptado social no encuentra un motivo para vivir, para mejorar”.

“Ante esta nueva forma de pobreza –ha señalado Mons. Di Tora-, podemos responder con la ‘teología de la proximidad’: acercarse al prójimo, caminar junto a él”.

Otras manifestaciones actuales de la pobreza aparecen relacionadas con “la usura, la disolución de las familias, o el desamparo en el que se encuentran muchos inmigrantes”.

“La caridad debe volver a sus origenes: lograr que el amor de Dios que hemos recibido nos impulse a amar a los demás”. En este sentido, Mons. Guerino Di Tora ha pedido “formar a los cristianos” para que sean sensibles a estos problemas.

Vincenzo Faccioli, de la Agenzia de noticias Asia News,ha mostrado cómo el mensaje de la "Deus Cáritas Est" ha dado frutos concretos en tres países de Asia. 

En la India, la actividad caritativa va dirigida a la casta más baja “una población que ve continuamente herida su dignidad”. En Filipinas el trabajo de las diócesis se enfoca a las personas que viven en condiciones de extrema carencia. En Corea del Norte, con una situación política compleja, han debido ejercer “una caridad sin temor” para poder sacar adelante a una población que corre a diario el riesgo de morir de hambre.

Ha negado que la caridad de la Iglesia tenga fines proselitistas: “Nuestro empeño no es proselitista. Pero queremos mostrar que el materialismo no podrá ser jamás una respuesta a los problemas que afligen a la humanidad”

Rosella Villa ha hablado del proyecto Harambee 2002 que nació con motivo de la canonización de san Josemaría Escrivá. El objetivo es “ayudar a los africanos que se empeñan por trabajar al servicio de su continente". Desde su nacimiento, la iniciativa ha recaudado ya un millón de euros, distribuidos en diversas iniciativas del África Subsahariana.