Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A Ti, celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
"En la sencillez de tu labor ordinaria, en los detalles monótonos de cada día, has de descubrir el secreto –para tantos escondido– de la grandeza y de la novedad: el Amor".San Josemaría