La compasión de Jesús
Si queremos ayudar a los demás, hemos de amarles con un amor que sea comprensión y entrega, afecto y voluntaria humildad. Así entenderemos por qué el Señor decidió resumir toda la Ley en ese doble mandamiento: el amor a Dios y el amor al prójimo, con todo nuestro corazón.
Hospital Monkole: salud en Kinshasa
El Centre Hospitalier Monkole surgió en la periferia de Kinshasa a raíz de un viaje de Mons. Álvaro del Portillo al Congo, en 1989. Médicos y enfermeras de Kinshasa luchan desde 1991 contra enfermedades como el paludismo, la tuberculosis o el sida.
El prodigio de la Sagrada Eucaristía
Mons. Álvaro del Portillo detalla las actitudes del alma verdaderamente eucarística, con motivo de la Solemnidad del Corpus Christi.
Adoración Eucarística y otros actos litúrgicos durante la semana de la Beatificación
Durante la semana de la ceremonia de beatificación de Mons. Álvaro del Portillo, numerosos templos de Madrid acogerán diversos actos religiosos abiertos a todas las personas.
Hacerse como niños
Si alguno quiere ser el primero, hágase el último de todos y servidor de todos. Y tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe; y quien me recibe, no me recibe a mí, sino al que me envió.
El Buen Pastor
Y yo, mi Señor, hoy me acuerdo de esos pastores y de ese redil, porque todos los que aquí nos encontramos reunidos para conversar Contigo, nos sabemos metidos en tu majada. Tú mismo lo has dicho: Yo soy el Buen Pastor y conozco mis ovejas, y las ovejas mías me conocen a Mí.
Dasom, Corea
Dasum estudia un Master de Administración pública en Seul (Corea). Es católica desde hace dos años: "Les digo a mis amigos que no lo sé todo acerca de Dios, pero una cosa está clara: ¡Es generoso!"
El milagro de la Eucaristía
En una tertulia con familias mexicanas, Mons. Álvaro del Portillo habló del milagro de la presencia real de Jesús en la Eucaristía.
El deporte y la vida interior
Para ti, que eres deportista, ¡qué buena razón es esta del Apóstol!: ¿No sabéis que los que corren en el estadio, aunque todos corren, uno sólo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo ganéis.
La oración de Jesús
Descubriremos, con El, cómo se puede dar relieve sobrenatural a las actividades aparentemente más pequeñas; aprenderemos a vivir cada instante con vibración de eternidad, y comprenderemos con mayor hondura que la criatura necesita esos tiempos de conversación íntima con Dios.









