“Ruego a Dios que nos conceda el milagro de la paz"
Al término de la lectura de decretos de milagros, el Prelado del Opus Dei señaló que la aprobación de un milagro atribuido a la intercesión del beato Josemaría “es para mí motivo de alegría”. Y añadió: “A pocas fechas de la Santa Navidad, ruego a Dios que nos conceda el milagro de la paz, de esa paz que en ocasiones parece inalcanzable”.
Sembradores de paz y de alegría
Monseñor Javier Echevarría ha conferido en la tarde del 6 de octubre la ordenación sacerdotal a 24 diáconos del Opus Dei de trece países. Asistieron a la ceremonia, que ha tenido lugar en la basílica romana de San Eugenio, cerca de dos mil de personas, entre familiares y amigos de los nuevos sacerdotes.
Hacia la santidad
Javier Echevarría, Obispo Prelado del Opus Dei, visitó Costa Rica la semana pasada 30 de enero de 2000
«Urge vivir la fe con la vitalidad de los comienzos»
Del 1 al 23 de octubre de 1999 tiene lugar en Roma la Asamblea Especial para Europa del Sínodo de los Obispos. 30 de septiembre de 1999
Evangelio del viernes: la alegría, el tiempo de Jesús
Comentario del viernes de la 22.ª semana del tiempo ordinario. “Vendrán los días en que les será arrebatado el esposo”. Aspiremos al encuentro definitivo con Jesús, en el que ya no habrá ayuno, porque viviremos con Dios para siempre.
12 de septiembre: Dulce nombre de María
Comentario al Evangelio de la fiesta del Dulce nombre de María. “María se levantó y marchó deprisa a la montaña”. Somos portadores de Cristo y hemos de mostrarlo al mundo como María, con una amistad sincera y cariñosa.
Evangelio del lunes: aspirar a algo grande
Comentario al Evangelio del lunes de la 26.ª semana del tiempo ordinario. “El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado”. La grandeza de los hijos de Dios comienza por hacerse pequeños para ser levantados por los brazos de Dios Padre.
7 de octubre: Virgen del Rosario
Comentario al Evangelio de la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. “Y consideraba qué podía significar este saludo”. Un alma contemplativa no lee la realidad solo con ojos humanos. También ve su día a día con los ojos de Dios.