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¿La santidad es para mí?

Fíjate bien: hay muchos hombres y mujeres en el mundo, y ni a uno solo de ellos deja de llamar el Maestro. Les llama a una vida cristiana, a una vida de santidad, a una vida de elección, a una vida eterna.

Cómo aprovechar la juventud

Has de tener la mesura, la fortaleza, el sentido de responsabilidad que adquieren muchos a la vuelta de los años, con la vejez. Alcanzarás todo esto, siendo joven, si no me pierdes el sentido sobrenatural de hijo de Dios.

Las Bienaventuranzas

Son un ideal realizable, no una utopía; constituyen un apasionante programa de vida que todos podemos llevar a cabo en nuestra existencia, luchando cada día con propósitos concretos de conversión y mejora.

La parábola del sembrador

Parte cayó en la tierra buena, y una vez nacida dio fruto al ciento por uno. Son los que oyen la palabra con un corazón bueno y generoso, la conservan y dan fruto mediante la paciencia.

La compasión de Jesús

Si queremos ayudar a los demás, hemos de amarles con un amor que sea comprensión y entrega, afecto y voluntaria humildad. Así entenderemos por qué el Señor decidió resumir toda la Ley en ese doble mandamiento: el amor a Dios y el amor al prójimo, con todo nuestro corazón.

Hacerse como niños

Si alguno quiere ser el primero, hágase el último de todos y servidor de todos. Y tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe; y quien me recibe, no me recibe a mí, sino al que me envió.

El Buen Pastor

Y yo, mi Señor, hoy me acuerdo de esos pastores y de ese redil, porque todos los que aquí nos encontramos reunidos para conversar Contigo, nos sabemos metidos en tu majada. Tú mismo lo has dicho: Yo soy el Buen Pastor y conozco mis ovejas, y las ovejas mías me conocen a Mí.

El deporte y la vida interior

Para ti, que eres deportista, ¡qué buena razón es esta del Apóstol!: ¿No sabéis que los que corren en el estadio, aunque todos corren, uno sólo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo ganéis.

La oración de Jesús

Descubriremos, con El, cómo se puede dar relieve sobrenatural a las actividades aparentemente más pequeñas; aprenderemos a vivir cada instante con vibración de eternidad, y comprenderemos con mayor hondura que la criatura necesita esos tiempos de conversación íntima con Dios.

El hijo pródigo

Cuando aún estaba lejos, dice la Escritura, lo vio su padre, y enterneciéronsele las entrañas y corriendo a su encuentro, le echó los brazos al cuello y le dio mil besos. Estas son las palabras del libro sagrado: le dio mil besos, se lo comía a besos.