Una serenata para la Morenita

San Josemaría Escrivá de Balaguer estuvo en México desde el 15 de mayo al 22 de junio de 1970. La víspera de su regreso a Roma, el fundador del Opus Dei, acompañado por un numeroso grupo de personas, cantó con inmensa devoción a la Guadalupana: "Tuyo es mi corazón, oh sol de mi querer..."

San Josemaría a los pies de la Virgen de Guadalupe, México, 1970.

El Padre permanecía en pie, muy emocionado, con la mirada fija en la Virgen. En un determinado momento se arrodilló y se cubrió la cara con las manos, apoyándose en el respaldo del reclinatorio, conteniendo las lágrimas. Se dio inicio a la segunda canción:

...Yo le dije

que de Ella tan solo

estaba enamorado,

que sus ojos

como dos luceros

me habían fascinado...

Mientras más

pienso en ella,

mucho más la quiero...

Comenzaron los compases de la tercera canción.

Gracias

por haberte conocido...

Al escuchar estas palabras, visiblemente emocionado, el Padre se levantó y salió del templo. Unos pocos le acompañamos, mientras casi todos permanecían en la Basílica cantando esa canción de amor y agradecimiento a la Virgen. A través de la sacristía, llena de exvotos, y de la galería de los milagros llegamos al coche y salimos camino de nuestra casa. Llevábamos ya un cierto recorrido en un silencio embarazoso que ninguno se atrevía a romper, cuando el Padre exclamó a media voz:

-¡Este México es mucho México!

Fuente:“Soñad y os quedaréis cortos” , de Don Pedro Casciaro.

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