El acompañamiento en una maternidad joven

Ante la noticia inesperada de un embarazo, una joven pareja se enfrentó a preguntas difíciles y a la incertidumbre del futuro. Gracias al consejo de una amiga, conocieron la Fundación AFAC —iniciativa promovida por el beato Álvaro del Portillo— y encontraron un apoyo decisivo en el camino hacia en nacimiento de su hija.

La historia de Erik (Ecuador) forma parte del multimedia «El viaje del viaje», un proyecto por el 50.º aniversario de las catequesis de san Josemaría por América. A continuación reproducimos su historia.

El impacto inicial

La noticia de un primer embarazo tomó por sorpresa a Erik y su novia. Era la primera vez que enfrentában una situación así y al inicio resultó muy difícil. «No sabíamos qué hacer. Incluso pasaron por nuestra mente pensamientos negativos, llegando a considerar la posibilidad de un aborto».

En medio de esa confusión, una conversación con su madrina Isabel resultó decisiva: «Nos pidió que mantuviéramos la calma y nos recordó que siempre existen otras opciones distintas al aborto». Les aconsejó acercarse a Dios y orar cada noche. Siguiendo ese consejo, la pareja encontró paz y claridad para dar los siguientes pasos.

Un lugar para apoyarse

En la búsqueda de apoyo, acudieron a la Fundación AFAC (Ayuda Familiar y Comunitaria). Así lo relata Erik: «Allí recibimos acompañamiento durante el embarazo y también después del nacimiento de nuestra hija. Nos brindaron un espacio de atención médica y humana que nos permitió transitar este proceso con mayor seguridad».

La fundación nació en 1991 como un pequeño dispensario en una zona popular de Quito, fruto de la llamada del beato Álvaro del Portillo a brindar ayuda a quienes sufren, especialmente a los enfermos y a los más necesitados. Con el tiempo, amplió su labor creando un dispensario y proyectos de salud materno-infantil. Hoy brinda atención médica, talleres y apoyo integral a madres, bebés y familias en Ecuador.

Aprendizajes de los primeros 12 meses

Mirando hacia atrás, él asegura que haber seguido adelante ha sido la decisión más importante de su vida. «Es lo que más me ha transformado como ser humano», afirma, convencido de que ahora tiene una razón mayor para esforzarse y ser mejor cada día.

«Estoy muy agradecido con la red de apoyo y, en especial, con nuestra madrina, que nos acompañó en cada paso: desde el embarazo hasta los primeros controles de nuestra hija».

¿Erik, quieres decirle algo a tu hija?: «Fuiste la mejor decisión de mi vida y cada día intento ser mejor por ti».