Amoroso padre de familia, magnífico político, pensador y escritor, Santo Tomás Moro murió decapitado por negarse a firmar un acta mediante la cual se proclamaba al rey cabeza suprema de la iglesia de Inglaterra. Había servido por varios años como canciller de Enrique VIII y como miembro del parlamento.
El 26 de agosto de 1958 san Josemaría visitó la iglesia de St. Dunstan, Canterbury, lugar donde descansa la cabeza de santo Tomás Moro. Ahí rezó con gran devoción y fervor frente a la lápida del santo inglés, a quien eligió como intercesor de las relaciones del Opus Dei con las autoridades civiles.
Tomás Moro nació en Londres en 1478, y murió martirizado por su fidelidad a la Iglesia católica en 1535. Pío XI lo canonizó en 1935 –cuatro siglos después de su martirio. Su fiesta se celebra el 22 de junio.