Presidida por el Rector General de la Universidad, el Dr. José Antonio Lozano, la ceremonia de investidura dio inicio a las diez de la mañana con la entrada del claustro académico al aula Carlos Llano, del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), lugar donde se llevó a cabo el evento. Mientras los académicos ingresaban revestidos con sus distintivos doctorales, birrete, muceta y puños de colores acordes a su especialidad, el coro de la Universidad Panamericana y la orquesta de la Escuela de Bellas Artes de la misma casa de estudios, interpretaron el himno universitario Gaudeamus igitur.
Después de ser presentados ante el claustro y tras recibir la investidura de Doctor Honoris Causa los nuevos doctores dieron un breve discurso.
El Dr. Nitin Nohria, director de la Escuela de Negocios de Harvard, recordó como el IPADE y su institución “han disfrutado de una estrecha relación que se remonta hasta la fundación de IPADE hace más de medio siglo. Además, de compartir muchas características, en primer lugar, educando líderes”.
Después de haber sido presentado como un profesor cercano a sus alumnos, el Dr. Rafael Alvira, profesor emérito de la Universidad de Navarra, hizo un comentario que para muchos recoge el secreto: “un profesor que no se gane la confianza del alumno, está perdiendo el tiempo como profesor. Y esa confianza se la gana al demostrar que sabe su materia, que tiene amor por ella, y que tiene profundo respeto y afecto por sus alumnos. Es decir, que confía en ellos”.
Proveniente del ámbito de ciencias de la salud, la Dra. Natalia López Moratalla, compartió algunos hallazgos de sus trabajos de investigación científica sobre el inicio de la vida: “La pregunta a la ciencia es, por tanto, cuándo el ser concebido de progenitores humanos es cuerpo humano, o individuo de nuestra especie. La respuesta, al conocer la estructura y dinámica espacio-temporal del cigoto, es claramente que ese cigoto con genoma humano es un cuerpo humano en el preciso momento en que arranca a vivir. No es una mera célula, sino un cuerpo con los ejes corporales ya trazados en una arquitectura de inicio, que seguirá su desarrollo siguiendo los ejes corporales”.
El Dr. Jesús Ballesteros, profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad de Valencia, afirmó que “es condición indispensable para que haya una verdadera economía de mercado, la existencia de una sociedad no mercantilizada, basada en la lealtad, el trabajo, la competencia, la subsidiariedad y la solidaridad”
Citando un trabajo de reciente publicación, en el que él con profesores de la Universidad de Princeton, y que lleva por título The Thriving Society, el Dr. Carlos Cavallé, quien entre otras cosas ha sido director del IESE Business School, mencionó que “una sociedad que respeta la dignidad del individuo y de la familia y se rige por la fuerza de la ley (y no por la ley del más fuerte) se puede considerar que es una sociedad básicamente sana. Pero para que sea dinámica y próspera, necesita otros dos pilares, que son la universidad y la empresa. La universidad genera y disemina conceptos y técnicas y, con ellos, la empresa añade valor a través de sus servicios”
En representación de Mons. Fernando Ocariz, Rector Honorario de la Universidad Panamericana, el P. Ricardo Furber, Vicario Regional del Opus Dei en México, dijo en su mensaje que “las universidades existen para servir a la sociedad de la que surgen como un modo en que las sociedades civilizadas generan conocimiento y cultura y lo comparten. De manera específica las universidades de inspiración cristiana buscan formar en sus educandos personalidades enterizas, integrales, que alcancen vidas logradas”. Recordó lo que San Josemaría subrayaba como tareas de la universidad: “ordenar toda la cultura a la salvación, iluminar todo conocimiento humano con la fe, formar cristianos llenos de optimismo con empuje, capaces de vivir en el mundo su aventura divina (…); cristianos decididos a fomentar, defender y aparar los intereses ―los amores― de Cristo en la sociedad; se sepan distinguir la doctrina católica de lo simplemente opinable, y que en lo esencial procuren estar unidos y compactos; que amen la libertad y el consiguiente sentido de responsabilidad personal”.
La ceremonia concluyó con la entonación del himno de la Universidad Panamericana, compuesto con motivo del reciente 50 aniversario de la institución, y unas palabras de despedida pronunciadas por el Rector General.