Don Estanislao Dziwisz compartió una tarde con los universitarios que acuden a las actividades organizadas por la residencia Barbakan, en Cracovia (Polonia).

El encuentro comenzó en el oratorio, que el cardenal visitó acompañado por don Pedro Prieto, vicario regional de la Prelatura en Polonia.

Ya en la sala de estar, don Estanislao recordó las excursiones que realizó con Juan Pablo II por los Abruzzos, unas montañas cercanas a Roma. Algunas de estas salidas les permitieron visitar Tor d’Aveia, una casa a la que acuden personas del Opus Dei para formarse y descansar. “Allí también pudo reposar en ocasiones el Papa”, dijo.

Algunos de los universitarios le contaron las actividades de solidaridad, de catequesis y de formación personal que realizan. El cardenal les preguntó: “Y ustedes, ¿qué esperan de la Iglesia en Cracovia?”.

El vicario recordó que la Obra está en Cracovia desde la primera mitad de los noventa. Fue Juan Pablo II quien lo sugirió al entonces Prelado del Opus Dei, Mons. Álvaro del Portillo. En una audiencia, el Papa le preguntó en qué ciudades de Polonia había Centros. Don Álvaro le dijo que en Varsovia y en Szczecin. Y el Papa le respondió: “Pues si no están en Cracovia, es como si no estuviesen en Polonia”. Pronto se arregló esa “negligencia”.

Para terminar don Estanislao dejó escrito en el diario del Centro: “Estoy contento de su trabajo. Cuento con ustedes. Pero sobre todo, cuenta con ustedes Cristo, que los llamó para que edifiquen su Iglesia en Cracovia”.