Habían transcurrido escasos días desde que Montse fue declarada venerable. Me encontraba en la oficina y debía imprimir numerosos e importantes documentos en un breve intervalo de tiempo. Realicé diversos pasos, entre otros, transmitir la información necesaria a una empresa antes de dar la orden de impresión en el ordenador que estaba usando. Al terminar todos los procesos, la impresora no funcionaba.
Debía imprimir numerosos e importantes documentos en un breve intervalo de tiempo
Se me vino Montse y su proceso de beatificación a la cabeza. Y acudí a ella: “Por favor, consigue que la impresora funcione. Escribiré este favor si me ayudas”. Tras dos intentos, los documentos se imprimieron como de costumbre, sin ningún problema. Aquí dejo estas líneas de agradecimiento.
J.S., Roma