ESDAI: cuarenta años de toque humano

Ana María de Bustos, alumna de la primera generación, recuerda los primeros pasos de la institución y el impulso de san Josemaría.

Dra. Ana María de Bustos

En octubre de 1969, poco más de veinte alumnas iniciaron clases en la recién iniciada Escuela Superior de Administración de Instituciones (ESDAI), que nacía con una visión de vanguardia: preparar a mujeres profesionistas para incidir en la vasta industria de la hospitalidad con un enfoque humanista y una sólida formación científica. 

A Ana María de Bustos, alumna de la primera generación, le atrajo lo novedoso de la carrera y las muchas herramientas que le proporcionaría para poder desempeñar un trabajo verdaderamente profesional dentro y fuera del hogar. 

Desde sus primeros pasos como institución académica, las primeras estudiantes tuvieron fe y confianza en la institución, y ésta, a su vez, confió en las alumnas que tiempo después contribuirían significativamente en la industria de la hospitalidad. 

Según relata Ana María, en los días iniciales las instalaciones no estaban aún terminadas y las estudiantes tomaron sus primeras clases en un salón sin techo; los proyectos eran ambiciosos pero estaban por realizarse, como la biblioteca que sólo se materializaría más tarde, con la generosa aportación de don Miguel Alemán Valdés.

San Josemaría Escrivá visitó la escuela en 1970, durante su viaje por México, y tuvo una tertulia con las estudiantes. Ana María recuerda que el Fundador del Opus Dei les habló de la misión de la mujer, de lo que podía hacerse desde la Escuela y de la importancia de su formación para transformar la sociedad. 

La ESDAI, aparte de ofrecer muchas herramientas para un excelente desempeño profesional, también fue vista por las primeras alumnas como una oportunidad y un reto para profesionalizar y revalorizar los trabajos del hogar en una época en que la industria del servicio no estaba debidamente apreciada.  

Los trabajos del hogar, según el espíritu del Opus Dei, también son una verdadera profesión, santificante y santificable, que, por tanto, se debe llevar a cabo de la mejor manera posible: ofreciéndolos a Dios y buscando, al mismo tiempo, servir a las almas. 

Protagonistas de los primeros años de la ESDAI con directivos de la Universidad Panamericana

«Puedes, según las enseñanzas de san Josemaría, santificarte con tu profesión que es precisamente tu medio de santificación (…)», explica Ana María. 

Muchas egresadas de la ESDAI contribuyen desde su lugar de trabajo —ya sea en una institución de la industria de la hospitalidad o en su hogar con su familia— a recristianizar a la sociedad porque el afán de servicio y los valores que han aprendido se contagian a los demás. 

«Con tu trabajo y con tu modo de hacer las cosas enseñas a otras personas a trabajar y ayudas a que también sean coherentes, que tengan valores y a que sean éticas (…) Trabajas muchísimo y muy contenta, porque estás satisfecha de lo que estás haciendo y eso motiva a tus colegas», dice Ana María. 

También afirma que a pesar de los cambios que ha habido en la industria de la hospitalidad en los últimos cuarenta años, la ESDAI sigue manteniendo un estilo propio porque lo fundamental es el enfoque en la dignidad de la persona.