En Roma conocerás el corazón de la Iglesia

El padre Israel Tapia pertenece a la diócesis de Cuernavaca, estuvo en el seminario de san José hasta que monseñor Florencio Olvera le habló para darle una noticia que le cambiaría la vida: había sido elegido para irse a Roma a estudiar en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz.

Cada año, la Sociedad Sacedotal de la Santa Cruz invita a sacerdotes de todas las partes del mundo a complementar su formación tras las puertas de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en un ambiente permeado por el espíritu de la Obra. Entre los miles de sacerdotes que son parte de esta sociedad, está el padre Israel Tapia, de la diócesis de Cuernavaca.

El P. Tapia comenzó sus estudios en el seminario de san José en Cuernavaca, Morelos. Cuando estaba por terminar las materias de Filosofía, monseñor Florencio Olvera lo llamó para darle una noticia que le cambiaría la vida. El padre Israel había sido elegido, junto con algunos otros en el seminario, para complementar su formación sacerdotal en Roma, en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz. La ilusión que sintió al instante no tardó en hacerse acompañar por cierto grado de preocupación, ¿cómo iba él a pagar por aquella experiencia? Gracias a la generosidad de muchas personas, laicos en su mayoría, organizadas por la iniciativa FORSA, así como vino se fue la preocupación por que no tardaron en hacerle saber que la invitación venía acompañada de una beca para sus estudios y su residencia en Roma.


Para el padre la vida en Roma estuvo repleta de experiencias que marcaron su vida para siempre. Entre algunas de las que más lo marcaron, está la aventura de conocer nuevas costumbres, culturas, devociones, sin tener que salir de su aula de clases. La familiaridad vivida entre sacerdotes de todo el mundo que estaban ahí reunidos bajo una misma vocación le ayudó a: “conocer la catolicidad de la Iglesia, su universalidad, conocer nuestra Iglesia un poco más”.

Nos pide que nos salvemos en lo ordinario. Lo que nos toca hacer, hay que hacerlo con amor, de la mejor manera y ofreciéndoselo a Dios”.

La vocación que une a aquellas personas, que en principio podría parecer que no tienen nada en común (ni siquiera el idioma) es sin lugar a dudas la búsqueda por la santidad que está presente como pilar fundamental en el espíritu del Opus Dei. Cuenta el padre lo agradecido que está con la universidad por su fidelidad a la iglesia, su fidelidad al santo Padre, que es palpable en cada clase, en cada profesor, en cada compañero. El ambiente que se vive detrás de los muros de la universidad es verdaderamente congruente con el espíritu que profesan, que para él es “la santificación del ser humano en las áreas ordinarias de su vida, en la realización de todo lo que le toca vivir diariamente. Haciéndonos saber que Dios, no nos pide para salvarnos nada extraordinario. Nos pide que nos salvemos en lo ordinario. Lo que nos toca hacer, hay que hacerlo con amor, de la mejor manera y ofreciéndoselo a Dios”.

Junto con la del padre Israel, un año tras otro se suman más historias de sacerdotes de todo el mundo que buscan complementar su formación sacerdotal en Roma, en la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, que a la fecha cuenta con más de cuatro mil sacerdotes ordenados que han estudiado en sus aulas y que sigue buscando realizar la labor para la que fue concebida.