Asambleas Regionales de México: 10 ideas principales

En septiembre concluyó un ejercicio de trabajo y reflexión con la participación de numerosos fieles de la Prelatura y amigos. Sus conclusiones se sumarán a las de otros países para ser analizadas en el Congreso General de la Obra en abril y mayo en Roma. Aquí compartimos las 10 ideas principales recogidas para México, con la esperanza de que todos las pongamos en práctica según nuestras circunstancias.

  1. Dar gracias a Dios por los primeros 100 años del Opus Dei.

Damos gracias a Dios y a quienes, con su entrega generosa, han hecho posible los innumerables frutos de los que hemos sido testigos a lo largo de estos años en el mundo y, particularmente, en México. El Opus Dei, tal como lo subrayó san Josemaría, es una partecica de la Iglesia, cuya única ambición es servirle fielmente, según la vocación específica que el Señor nos ha confiado.

En un gran número de respuestas individuales y en algunos foros se aprecia una profunda esperanza en Dios, en la Iglesia y en el Opus Dei. Con esta esperanza hemos trabajado en las Asambleas Regionales y miramos hacia el Centenario de la Obra como un momento especial de renovación personal e institucional.

2. El proceso de las Asambleas ha sido muy positivo.

    El trabajo de las Asambleas Regionales ha sido muy positivo y nos ha ayudado a cada uno en nuestro propio proceso de renovación. El valor de la escucha y de la sinodalidad han sido claves durante todo el proceso. Queremos mantener una cultura de escucha activa, tanto en la formación que damos como en la que recibimos. Los foros han demostrado ser una herramienta valiosa, y se presentan como una forma de trabajo que conviene seguir fomentado. Se ha reconocido lo valioso que es acudir nuevamente a los textos de san Josemaría y beber, directamente de su fuente fundacional, el espíritu que Dios ha querido para el Opus Dei.

    3. La centralidad de Jesucristo sigue siendo esencial.

    La centralidad de Jesucristo en nuestras vidas es clave para crecer espiritualmente. Fomentar un diálogo constante con Él a través de la oración y la recepción frecuente de los sacramentos nos ayuda a discernir su voluntad en cada momento y a sentir la Obra en nuestras manos. Al reconocer que somos hijos amados de Dios desarrollamos una visión sobrenatural que nos lleva a vivir en el mundo con alegría y esperanza. Siguiendo el ejemplo de Nuestro Señor aprendemos a vivir algunas virtudes que hoy se presentan importantes en nuestra sociedad, entre ellas, la sobriedad, castidad, generosidad y constancia para servir mejor a los demás. En tiempos en los que el ruido es constante, el silencio y recogimiento se vuelven esenciales para reflexionar y orar de manera más profunda.

    4. Profundizar y vivir mejor nuestro carisma.

    Como nos anima el Papa Francisco, los fieles del Opus Dei están llamados a redescubrir y vivir su carisma con autenticidad. Para ello, se recomienda volver con frecuencia a la vida y escritos de san Josemaría.

    Se ve necesario seguir profundizando en lo que significa la santificación del trabajo, clave para transformar el mundo desde dentro. Promover el trabajo como medio de santificación personal y de servicio a los demás. En un mundo laboral en constante cambio, este ideal adquiere nuevo brillo. Es fundamental actualizarse continuamente para conectar con la realidad contemporánea y poder abordar los desafíos actuales con perspectiva cristiana.

    El protagonismo en la propia formación nos ayudará a “ser y hacer” el Opus Dei con fidelidad creativa y responsabilidad personal, con deseos de encontrar a Dios en medio de las ocupaciones diarias. El mejor modo de servir a la Iglesia y a la sociedad es viviendo así nuestro carisma.

    5. El mundo necesita testimonios auténticos de santidad.

    El principal legado de todos estos trabajos será que cada fiel viva y transmita el espíritu de la Obra a través de su propio testimonio. La coherencia de vida es esencial para transmitir el mensaje cristiano. La vida interior que cada uno procura cultivar se reflejará en su vida diaria, mostrando rostros creíbles que encarnen la llamada universal a la santidad. La búsqueda por la santidad no es perfeccionismo, sino un camino de amor y transformación diaria apoyados en la gracia de Dios. Es importante que cada uno se esfuerce en vivir las virtudes sobrenaturales y humanas de manera acorde a su condición de hijos de Dios, conscientes de su responsabilidad social. El testimonio solo es auténtico y creíble cuando hay consistencia entre lo que somos y lo que mostramos.

    6. Fomentar la iniciativa y responsabilidad personales para difundir el bien.

      La caridad de Cristo nos urge y nos impulsa a llevar el amor de Dios a todas las personas. Cada uno ha de buscar mostrar a Cristo a los demás a través de su amistad sincera y abierta a todos, abriéndose en abanico para llegar a toda la sociedad. La iniciativa de todos los fieles del Opus Dei es necesaria para llegar a tantas almas que todavía no conocen a Dios. Es vital fortalecer el amor a la libertad y a la responsabilidad personal, para actuar siempre por convicción propia, sin esperar a que los directores o las labores lo hagan por él.

      Tenemos el reto apasionante de formar personas capaces de reflexionar, comprenderse a sí mismas y construir puentes de unidad con los demás, identificándose plenamente con Jesucristo. Con creatividad, podemos desarrollar iniciativas audaces que lleguen a nuevos ambientes y abran diálogos sobre temas contemporáneos.

      Es importante fomentar actitudes de empatía, flexibilidad, comprensión y escucha activa, facilitando la sinceridad, reconociendo las complejidades de cada situación y ofreciendo un acompañamiento pastoral que refleje la misericordia de Dios. Este verdadero interés por las personas nos llevará a comprender, pedir perdón y acompañar a quienes hayan podido sentirse heridos por actuaciones en el pasado.

      7. La familia es faro de esperanza en el mundo actual.

        En el mundo actual, la familia cristiana es faro de esperanza y reflejo de los valores del Evangelio. La preparación para el noviazgo, el matrimonio y la vida familiar cobra gran importancia, pues en cada familia donde comienza la transformación social y espiritual. Cada vez es más necesario que los matrimonios se involucren activamente en la formación de sus hijos, pues es en la familia donde los jóvenes reciben la fe y aprenden a vivirla con naturalidad en un ambiente de alegría y esperanza. El hogar cristiano ha de promover el amor generoso, con especial énfasis en la apertura a la vida y la entrega total en servicio de Dios.

        8. Preocupación social: un llamado a la acción frente a las necesidades de nuestro tiempo.

          El Centenario del Opus Dei se perfila como una oportunidad para impulsar iniciativas sociales que respondan a los retos más urgentes de nuestra sociedad. Sin apartarse de su identidad laical y secular, la Obra invita a sus miembros a reflexionar sobre el sufrimiento ajeno y asumir la responsabilidad cristiana con sentido de urgencia y compromiso efectivo.

          La pobreza no se limita a la carencia material; también abarca, por ejemplo, la soledad, la ignorancia y la enfermedad. En este contexto, los católicos estamos llamados a ser luz y sal en un mundo marcado también por la polarización, la corrupción y la violencia. Desde la vivencia personal de la justicia y la misericordia, los fieles de la Obra están llamados a ser protagonistas en la transformación de sus entornos y practicar un humanismo integral que respete la dignidad humana en todas sus dimensiones.

          Una acción destacada por la Asamblea Regional es la formación de los jóvenes y líderes en puntos clave de la sociedad. Este enfoque busca sensibilizarlos y prepararlos para aplicar la Doctrina Social de la Iglesia en su vida cotidiana, especialmente en el ámbito laboral. Además, se fomenta la colaboración con otras instituciones para multiplicar los esfuerzos en favor del bien común.

          9. Las labores educativas que son vivificadas por el espíritu del Opus Dei.

            Las labores educativas vinculadas al Opus Dei son ejemplos vivos para transmitir el mensaje cristiano y darlo a conocer de manera auténtica. A través de su cultura organizacional, estas instituciones reflejan aspectos esenciales del espíritu del Opus Dei, mostrando cómo la formación integral puede transformar a las personas y a la sociedad.

            Se ha recordado que estas instituciones deben ofrecer soluciones relevantes adaptadas a los contextos contemporáneos y futuros, con especial atención al papel fundamental de la familia. Han de buscar formar ciudadanos con profundo sentido de responsabilidad social, capaces de liderar cambios significativos desde iniciativas legales, sociales y culturales que impacten positivamente a sus entornos.

            Se ve oportuno fortalecer el trabajo colaborativo entre las distintas iniciativas apostólicas educativas con las que la Obra colabora, de forma que se pueda dar continuidad al proceso formativo cuando alguien termina su estancia en alguna de ellas.

            10. Comunicación renovada: un puente para conectar y transformar vidas.

              El desafío de comunicar el mensaje cristiano en el mundo actual requiere frescura, cercanía y apertura. Se propone buscar una comunicación que acoja y dialogue con todas las personas, trascendiendo diferencias culturales y sociales para reflejar un cristianismo auténtico, accesible y unido al Papa.

              En esta renovación de la comunicación los canales digitales institucionales juegan un papel importante. Se propone mejorar la visibilidad de los recursos ya disponibles en el sitio web de la Obra y se anima a que los fieles de la Obra busquen conocer mejor los abundantes contenidos existentes que pueden ayudarles en la propia vida interior y en la formación que transmiten.

              Se anima a que aquellos que imparten algún medio de formación busquen mover a la práctica de aquello que se propone. Presentar la formación con ejemplos concretos y adaptados a las necesidades individuales ayudará a todos a integrar el mensaje cristiano en su vida diaria, desde el amor en la familia hasta el servicio a los más vulnerables. Se propone evitar la rigidez, entendiendo las necesidades actuales e impregnándolas con la luz de Cristo que resuene en el corazón de las personas.

              Se ve necesario continuar profundizando en las distintas formas cómo se concreta la vocación al Opus Dei, particularmente aquellas que llevan consigo el celibato apostólico. Para entenderlas y explicarlas mejor, se recomienda la carta del Prelado sobre la vocación al Opus Dei escrita el 28 de octubre de 2020.

              Concluimos el trabajo de estas Asambleas agradeciendo a las primeras y primeros fieles de la Obra por el desarrollo del Opus Dei en estos años y a todos los que han colaborado –gente de la Obra y amigos– en el trabajo de estos últimos meses. Con absoluta confianza en el Señor y de la mano de san Josemaría, queremos cuidar y promover con fidelidad e iniciativa el carisma de la Obra durante los próximos 100 años. Queremos ir omnes cum Petro, ad Iesum, per Mariam, muy unidos al Padre, y ponemos las conclusiones de estos trabajos en manos de la Virgen de Guadalupe, también como preparación del quinto centenario de sus apariciones.