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El amor a Jesucristo

Para amar a una persona, hay que tratarla mucho, conversar, reír con ella y sufrir juntos cuando no hay más remedio. Así hay que hacer con Jesucristo, a quien decía san Josemaría: “Yo creo en Tí, espero en Tí, te amo, tengo hambre de ser tu amigo…”

En la calle, eres templo de la Trinidad

Los hombres podemos hablar con Dios ante el Sagrario o cuando comulgamos. Pero san Josemaría explica en este breve video que también cuando vamos por la calle, o en el trabajo, o en casa, podemos ser templo donde vive Dios: "Búscame dentro de ti, que allí estoy".

El Cielo

San Josemaría decía que “la felicidad del Cielo es para los que saben ser felices en la tierra”. Pero, ¿en qué consiste esa felicidad? ¿cómo será el Cielo? “El Cielo es… el amor”, responde el santo en este video.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo

El misterio de la Trinidad es el principal misterio de la fe cristiana. "¿Como podría ayudarnos a considerarlo mejor?", le preguntó una chica a san Josemaría.

Volver a la casa del Padre

El cristiano ve la vida con alegría porque todo, también sus propios defectos, tiene solución. Como en la historia del hijo pródigo, la vida es volver a diario a la casa del Padre. Así lo explica san Josemaría en este video.

Dios, amor de Madre

Desde el bautismo, Dios puede vivir en nuestra alma. Sin que nos demos cuenta, nos cuida, nos protege, nos exige... Como una madre a sus hijos. Así lo explica san Josemaría en este video.

La principal virtud de un profesor

San Josemaría se reunió en 1972 con un grupo de profesores de colegio. Como cristianos, ¿en qué virtud tiene que destacar un maestro?, le preguntaron.

Dar a conocer a Jesucristo

Acoger a todos, dar cariño, no rechazar a nadie. Estos son los consejos que da el fundador del Opus Dei para imitar a Jesucristo, porque Él “tampoco rechazaba”.

La fe se apoya en Jesucristo

“Mi amigo no cree en los curas”, le contaron a san Josemaría. “¡Yo tampoco!”, respondió el sacerdote. “Yo creo por Nuestro Señor Jesucristo”.

La Santa Misa

San Josemaría habla sobre la presencia de Cristo vivo en el Pan y el Vino consagrados. "Señor: sé que vives, que estás ahí escondido por Amor".