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La vocación de san Josemaría

“Llegó el amor cuando menos lo esperaba...”. Así decía la letra de una canción que un grupo de jóvenes cantó a san Josemaría. Y él la aprovechó para recordar el momento en que llegó el Amor a su vida: “Cristo me dijo: eres mío”.

La Misa: porque Cristo no ha muerto

Video: En una tertulia, preguntaron a san Josemaría cómo aprovechar mejor la Misa. El santo recordó que es un acto maravilloso, de Cristo: “Porque Cristo no ha muerto, Cristo vive”.

Jesús y sus discípulos

¿Cómo nos trata Jesús? El Señor nos trata como trató a sus discípulos: con cariño, con naturalidad, con paciencia ante nuestros errores. Así lo explica el fundador el Opus Dei en este video.

Mirar al crucifijo

Acordarse de Dios en el trabajo no siempre es fácil. Un pequeño crucifijo sobre la mesa puede ayudar a dirigir el pensamiento al Señor mientras continuamos con nuestras tareas. Así lo hacía san Josemaría.

Encuentro con Dios en la vida diaria

Dios -explica san Josemaría- es un Padre que nos acompaña en los momentos buenos y no tan buenos, cuando reímos y cuando lloramos.

La oración, "teléfono directo con Dios"

Rezar no es otra cosa que hablar con Dios, como se charla con un amigo o con un hermano. Y el Señor siempre está esperando ese rato de conversación.

Mi mayor amor: un hebreo

Una muestra práctica de diálogo interreligioso: “Yo amo mucho a los hebreos –dice el fundador-, porque amo a Jesucristo con locura”.

Cuando los hombres lloran

En 1972, un hombre perdió en un accidente de coche a su mujer y un hijo. San Josemaría quiso ayudarle con unas palabras de consuelo. Ante tanto dolor, el santo preguntaba a Dios: “¿Por qué?”.

El cuidado de los enfermos

Quien tiene a su cargo el cuidado de un enfermo sabe que no es una tarea fácil. San Josemaría invita a descubrir ocasiones para sacrificarse, para tener paciencia, y para vivir la caridad en esta dedicación.

Ilusionarse con la vida ordinaria

“Si pones amor en tus días, cada día es distinto”, aconseja el fundador del Opus Dei a quien quiere huir de la rutina y encontrar a Dios en su jornada habitual.