Para mí, vivir es Cristo (V): la gratitud nos mueve a la lucha
¿Cuáles son los verdaderos motivos que mueven a un cristiano? ¿Qué buscamos cuando decimos que queremos ser mejores? La lucha se debe centrar en Dios, no en nosotros, sugiere este texto.
Para mí, vivir es Cristo (VII): apóstoles en medio del mundo. Sentido de misión (II)
El dinamismo propio del apostolado es la caridad, que es don divino: «en un hijo de Dios, amistad y caridad forman una sola cosa: luz divina que da calor» (Forja, 565). La Iglesia crece por medio de la caridad de sus fieles y, solo después, llegan la estructura y la organización, como frutos de esa caridad y para estar al servicio de ella.
Para mí, vivir es Cristo (VI): amados, llamados, enviados. Sentido de misión (I)
Vivir con sentido de misión es saberse enviados por el Señor para llevar su Amor a quienes tenemos cerca. Esto supone decidir en cada momento –bajo el impulso del Espíritu Santo– qué hacer, en función de esa misión que da contenido y finalidad a nuestro paso por la tierra.
Para mí, vivir es Cristo (VIII): agradar a Dios. Santidad y perfeccionismo
La llamada del Señor a «ser perfectos como el Padre celestial» (Mt 5,48) consiste en vivir como hijos de Dios, conscientes del valor que tenemos a sus ojos, anclados en la esperanza y en la alegría que nace de sentirnos hijos de tan buen Padre.
Para mí, vivir es Cristo (IV): la razón más sobrenatural. Libertad interior
Resumir la ley en el 'amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo' no es un precepto cualquiera. El amor no se puede reclamar, y Dios solo nos invita a participar de él después de haber mostrado al hombre su infinito cariño y cuidado.
Para mí, vivir es Cristo (III): formación integral y afectividad
Algunas personas, cuando piensan en la formación, tienden a considerarla como un saber. Sin embargo, no basta un concepto de ese estilo: llegar a la integridad de la persona requiere pensar en la formación como un ser. Se trata de un objetivo mucho más alto: sumergirse en el misterio de Cristo y dejar que la gracia nos vaya transformando progresivamente para configurarnos con Él.
Para mí, vivir es Cristo (II): caminos de contemplación. Unidad entre oración y evangelización
Adentrarse por caminos de contemplación significa dejar obrar al Espíritu Santo para que Él refleje en nosotros la faz de Cristo en todas las situaciones de nuestra vida.
Para mí, vivir es Cristo (I): en la alegre esperanza de Cristo. La fe en el Amor de Dios
Dejarnos tocar por el amor de Dios, dejarnos mirar por Cristo: la esperanza nos abre un mundo, porque se basa en lo que Dios quiere hacer en nosotros.