"El amor bendito del matrimonio"
‘Bendigo el matrimonio con mis dos manos de sacerdote’, decía san Josemaría. A los cónyuges recomendaba reñir poco y terminar siempre con el perdón y un abrazo (02’32’’).
Cuando los hombres lloran
En 1972, un hombre perdió en un accidente de coche a su mujer y un hijo. San Josemaría quiso ayudarle con unas palabras de consuelo. Ante tanto dolor, el santo preguntaba a Dios: “¿Por qué?” (01’48’’).
La libertad de los hijos
San Josemaría hablaba mucho de libertad: de darla, defenderla y saber administrarla. En este vídeo responde a la pregunta: ¿Cómo compaginar libertad y autoridad en la educación de los hijos? (0’55’’)
Dios, los padres y la vocación de los hijos
Una mujer pregunta a san Josemaría cómo ayudar a los hijos cuando ya han encontrado una vocación en la vida (01’20’’).
Dios, los padres y la vocación de los hijos
Una mujer pregunta a san Josemaría cómo ayudar a los hijos cuando ya han encontrado una vocación en la vida (01’20’’).
El cuidado de los enfermos
Quien tiene a su cargo el cuidado de un enfermo sabe que no es una tarea fácil. San Josemaría invita a descubrir ocasiones para sacrificarse, para tener paciencia, y para vivir la caridad en esta dedicación (00’59’’).
Educar a los hijos en la sobriedad
Los padres de familia pueden enseñar a sus hijos, con paciencia y cariño, a dar el justo valor a las cosas materiales: el teléfono móvil, la ropa, la diversión... La primera lección, el ejemplo. Vídeo de san Josemaría (01'14'').
Tu principal trabajo: tus hijos
San Josemaría responde a una pregunta diciendo que el Señor bendice "todos los trabajos que hagas, si dejas alguno por atender tu trabajo principal: tus hijos” (01’08’’).
"Comprender a los hijos"
Los hijos a veces causan preocupación. San Josemaría, con dos anécdotas de su familia, explica que a veces bastará con comprender y confiar en los hijos (02’38’’).
Una familia multiétnica
La familia de Loreto y Antonio es multicolor. Sus cuatro hijos, de entre 15 y 8 años, tienen la piel de todas las razas del mundo. El matrimonio no podía tener hijos y, tras nueve años, decidió dar un hogar a niños de diferentes orígenes.









