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La venida del Espíritu Santo

Textos de San Josemaría sobre esta escena del Evangelio

Tema 12. Creo en el Espíritu Santo. Creo en la Santa Iglesia católica

El Espíritu Santo une íntimamente a los fieles con Cristo de modo que forman un solo cuerpo, la Iglesia, donde existe una diversidad de miembros y funciones.

Tema 28. La gracia y las virtudes

La gracia es la fuente de la obra de santificación; sana y eleva la naturaleza haciéndonos capaces de obrar como hijos de Dios.

Llegar a la intimidad con el Espíritu Santo

Álvaro del Portillo relata cómo trataba san Josemaría al Espíritu Santo y aconseja: "Comienza por pedirle que te ilumine para descubrir su presencia en tu alma; que encienda tu voluntad con el fuego del amor; que te fortalezca para seguir sus inspiraciones".

Noticias

En la fiesta de Pentecostés

Los discípulos, que ya eran testigos de la gloria del Resucitado, experimentaron en sí la fuerza del Espíritu Santo: sus inteligencias y sus corazones se abrieron a una luz nueva.

Vida de María (XVIII): Magisterio, Padres, santos y poetas.

En la escena de Pentecostés brilla con especial fuerza la Virgen María. Así la han imaginado autores de muchos siglos, de los que escogemos una selección de textos.

“El Espíritu Santo nos configura con Cristo”

La Misa es larga, dices, y añado yo: porque tu amor es corto (Camino, 529).

Textos diarios

“Dóciles al Espíritu Santo”

Nuestro Señor Jesús lo quiere: es preciso seguirle de cerca. No hay otro camino. Esta es la obra del Espíritu Santo en cada alma –en la tuya–, y has de ser dócil, para no poner obstáculos a tu Dios. (Forja, 860)

Textos diarios

“Señor, si quieres, puedes curarme”

No lo dudes: el corazón ha sido creado para amar. Metamos, pues, a Nuestro Señor Jesucristo en todos los amores nuestros. Si no, el corazón vacío se venga, y se llena de las bajezas más despreciables. (Surco, 800)

Textos diarios

"Frecuenta el trato del Espíritu Santo"

Frecuenta el trato del Espíritu Santo -el Gran Desconocido- que es quien te ha de santificar. No olvides que eres templo de Dios. -El Paráclito está en el centro de tu alma: óyele y atiende dócilmente sus inspiraciones (Camino, 57).

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