El beato Álvaro del Portillo le devolvió la esperanza de ser madre
Estábamos ante una operación que entrañaba muchos riesgos, entre ellos la casi segura posibilidad de que mi hermana no pudiera ser madre... Y entonces un conocido nos habló del beato Álvaro del Portillo.
Siete favores, que yo recuerde…
Quiero contar nuestra experiencia y nuestra infinita gratitud y devoción a don Álvaro. Lo conocimos hace seis años estando en una situación económica muy mala, ya que teníamos cuatro negocios y los perdimos en poco tiempo por reiterados que nos dejaron sin un peso y con muchas deudas.
Marangatú: poder en las manos de las mujeres de Luján
En los Talleres de Marangatú (Luján, Argentina) se ofrece capacitación laboral para mujeres. En casi 30 años de existencia, más de 4.000 inscritas han aprendido una ocupación y han gozado de la amistad.
Fracaso del negocio y proceso judicial
«Les escribo para relatar un favor que creo que Dios ha concedido a mi familia por la intercesión del beato Álvaro». Así comienza una historia de crisis económica, fraude, cárcel y...
Álvaro del Portillo, hombre fiel y leal
Artículo publicado en la fiesta del beato Álvaro del Portillo.
Mons. Ocáriz: “Había sitio para todos en el corazón del beato Álvaro”
El prelado del Opus Dei, monseñor Fernando Ocáriz, ha celebrado la Eucaristía en la festividad del beato Álvaro en la basílica romana de San Eugenio. En su homilía ha destacado la paz que transmitía.
Un recurso improbable, pero se hizo justicia
«Hace años comencé a reclamar un seguro de invalidez absoluta y permanente, vinculado a un préstamo hipotecario, para una chica que vivía sola con su madre, cuyo único medio de vida era un pequeño puesto de chucherías».
Una petición con escepticismo y otra con más fe
«No llegaba el empleo ansiado y mi hermano comenzó a desesperarse. Por entonces, yo decidí encomendarle a don Álvaro esa intención... con cierto escepticismo, porque la situación era muy difícil».
Un aneurisma 'congelado'
«Tengo siete bypass, una endoprótesis de aorta troncal y un marcapasos. Sólo me quedaba como peligro potencial un aneurisma de aorta abdominal...».
De una dermatitis severa… a una piel suave
«Los médicos me decían que esta patología no tenía cura, que se podía controlar la dermatitis con diferentes tratamientos, pero que no se podía solventar definitivamente la enfermedad...».