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La virtud de la esperanza y la ascética cristiana en algunos escritos de San Josemaría

Estudio de Paul O´Callaghan, de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, publicado en "Romana" nº 23 (1996).

Para llenarse de alegría

En el tiempo de Pascua, el mensaje de alegría caracteriza la vida del cristiano. San Josemaría nos ayuda a descubrirla.

Hacer felices a los demás

Me preguntas qué podrías hacer por ese amigo tuyo, para que no se encuentre solo. —Te diré lo de siempre, porque tenemos a nuestra disposición un arma maravillosa, que lo resuelve todo: rezar. Primero, rezar. Y, luego, hacer por él lo que querrías que hicieran por ti, en circunstancias semejantes...

¿Cómo ser optimistas?

Textos de san Josemaría sobre por qué y cómo podemos ser optimistas, a pesar de las dificultades propias o del ambiente en que vivamos.

Siempre jóvenes

"Los cristianos somos siempre jóvenes", decía con frecuencia Álvaro del Portillo, y en este vídeo, grabado en Colombia, explica el por qué.

Documentación

Cómo aprovechar la juventud

Has de tener la mesura, la fortaleza, el sentido de responsabilidad que adquieren muchos a la vuelta de los años, con la vejez. Alcanzarás todo esto, siendo joven, si no me pierdes el sentido sobrenatural de hijo de Dios.

La Ascensión del Señor

La fiesta de la Ascensión del Señor nos sugiere también otra realidad; el Cristo que nos anima a esta tarea en el mundo, nos espera en el Cielo. En otras palabras: la vida en la tierra, que amamos, no es lo definitivo.

Responder con alegría al querer de Dios

Don Álvaro plantea varias preguntas para que luchemos con " fidelidad constante a los compromisos libremente adquiridos al responder afirmativamente a la vocación".

Noticias

Generosidad

Cuanto más generoso seas, por Dios, serás más feliz. ¡Qué gustoso resulta el sacrificio gaudium cum pace, alegría y paz, si la renuncia es completa!

La alegría de la Pascua

Se apareció a su Madre Santísima. —Se apareció a María de Magdala, que está loca de amor. —Y a Pedro y a los demás Apóstoles. —Y a ti y a mí, que somos sus discípulos y más locos que la Magdalena: ¡qué cosas le hemos dicho!