Opus Dei

«Alegraos siempre en el Señor; os lo repito alegraos» (Flp 4, 4) exhorta san Pablo a los cristianos de Filipo para recordarles que son «ciudadanos del cielo» (3, 20).

Se ha escrito mucho, y aún queda mucho por escribir, sobre San Josemaría Escrivá, el fundador del Opus Dei. Pero hay una faceta de su vida sobre la que raramente se habla y que siempre fue advertida por quienes le conocieron: su buen humor.

Sonreír porque Dios sonríe, sonreír porque con mis defectos soy cómico, sonreír porque los demás lo necesitan. Son las tres sonrisas que deben caracterizar a un cristiano.

El cristiano tiene que ser definitivamente alegre. El optimismo del cristiano está basado en que se le ha abierto un camino real hacia lo Óptimo, y lo Óptimo es Dios.