Glorieta de Atocha
Recorrido histórico de los lugares relacionados con la fundación del Opus Dei en Madrid.
Basílica de Atocha
Recorrido de los lugares históricos relacionados con la fundación del Opus Dei en Madrid.
Las catacumbas de san Calixto
San Josemaría nos guía por las catacumbas de Roma para que apreciemos las hazañas, verdaderamente recias, que llevaron a cabo aquellos primeros cristianos
Las «edicole» de la Virgen María de Roma
Cuando en 1946 llegó a la Ciudad Eterna, san Josemaría Escrivá se llevó una gran alegría al comprobar que en sus calles abundan las representaciones de la 'Madonna'.
¿Cuándo comenzó san Josemaría a invocar a los arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael?
En 1932 San Josemaría comenzó a invocar a los arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael en el convento de los Carmelitas de Segovia.
El fundador del Opus Dei viaja a Roma
Cristo, María y el Papa eran los grandes amores de su vida. Ahora, por fin, estaba allí, muy cerca del Vice-Cristo, aquella noche del 23 al 24 de junio de 1946.
Busco tu rostro, Señor
Su alma se consumía en el afán de contemplar, cara a cara, el rostro del Señor: “¡Señor, tengo unas ganas de ver tu cara, de admirar tu rostro, de contemplarte...!" Así fueron los últimos meses de san Josemaría en la tierra.
El Concilio Vaticano II
El 25 de enero de 1959, al conocer la noticia de la convocatoria del Concilio, el fundador del Opus Dei manifestó su alegría y esperanza, y comenzó a rezar y a pedir oraciones “por el feliz éxito de esa gran iniciativa que es el Concilio Ecuménico”.
De cien almas nos interesan las cien
San Josemaría había visto, en la luz fundacional del 2 de octubre, que el Opus Dei se dirigía a todo tipo de personas.
Huellas en la nieve
Puede sorprender que un motivo tan pequeño —unas pisadas en la nieve— baste a un adolescente para tomar una decisión tan grande: entregar a Dios su vida entera; pero ése es el lenguaje con el que Dios suele llamar a los hombres y así son las respuestas, los signos de fe, de las almas generosas que buscan sinceramente a Dios