Anita: «La Obra sigue siendo mi familia»
Ana María Cordero –Anita– fue numeraria auxiliar durante muchos años. Después de un tiempo de haberlo rezado mucho, se dio cuenta que ese no era su camino, pero “sintiendo siempre que estaba con las puertas abiertas para volver a los medios de formación”.
Jillian, Singapur: «Cambié mi forma de ver las cosas»
Jillian tiene 26 años y es de Singapur. Atraída por la alegría que veía en los demás, encontró su vocación en el Opus Dei. “Veo la vida con nuevos ojos, encontrando a Dios en el trabajo diario y en los sencillos actos de amor.”
Miriam, Brasil: «Dios, al igual que el GPS, ahora recalcula tu camino»
Miriam, de Brasil, tiene 34 años y es Médico ginecóloga y obstetra. Está casada y tiene un hijo de meses. Fue durante un tiempo agregada del Opus Dei, hasta que vio que su camino era otro, tras un período de reflexión en el que siempre se sintió acompañada y comprendida.
Francisco, Chile: «Todo esto que he vivido, ¿es para mí? ¿O para alguien más?»
A los 40 años, Francisco se detuvo a mirar su vida y se preguntó si todo lo recibido debía guardarlo para sí o entregarlo a otros. Ese cuestionamiento lo llevó a descubrir un camino de servicio y la certeza de que cada paso vivido le ha servido para el paso siguiente.
Mark Lee, Singapur: “Tardé 30 años en decirle que sí a Dios”
Mark conoció el Opus Dei en los años 90, pero durante décadas dudó en darle un sí a Dios, convencido de que no estaba preparado. Finalmente, un retiro le ayudó a darse cuenta de que Dios no llama a los perfectos, sino que ayuda a crecer en santidad a los que llama. Hoy, como esposo, padre y gestor de carteras, encuentra alegría en la oración, fortaleza en su trabajo y más presencia con su familia y quienes le rodean.
Laura: «Quería que mi trabajo ayudara a las personas a ser mejores»
Laura tiene 31 años y vive en Valencia. De chica aprendió a rezar y esto ha marcado el ritmo y el contenido de sus decisiones. Responder a la vocación de numeraria fue para ella el inicio de un camino que hoy recorre como administradora en el Opus Dei, un ámbito en el que conjuga su pasión por crear, comunicar y cuidar.
Ilona, Finlandia: «Me gusta pensar en mí misma como alguien con sisu»
El sisu es una palabra finlandesa que se traduce como perseverancia, valentía o determinación. Ilona representa bien este concepto: nacida en un país donde los católicos son una minoría, sueña con cambiar el mundo a través de su trabajo como académica. “Desde la estadística, con datos, hago frente a la polarización. No todo es blanco o negro”, asegura.
Dani, Bolivia: «¡Quién no tiene exigencias en su vida!»
Dani se define como una persona muy competitiva, que siempre aspiraba a más en la vida. Ahora sigue apuntando bien alto, pero desde otra perspectiva: “El Opus Dei para mí ha significado un cambio total en mi vida, porque me ha dado otra visión acerca de para qué estamos acá en el mundo”.
El secreto de un albañil
¿Cómo ser feliz? Google da 501,000,000 resultados en 0.84 segundos. La respuesta se busca por todos lados. Juan lleva cincuenta años trabajando como empleado de construcción, y vive en la ciudad de Guadalajara, México. Él afirma haber encontrado su respuesta. Este es su secreto.
Shiró, Kenia: «Ningún hombre es una isla... nos necesitamos los unos a los otros»
A Shiró le hace feliz estar entre la gente: “Necesito a las personas, y sentir que ellas me necesitan hace que quiera dar lo mejor de mí misma.” Esta apertura le llevó a empezar estudios relacionados con la salud y más adelante de hostelería y restauración en su país, Kenya. También comenzó una iniciativa social para ayudar a niños de la calle. Todas estas experiencias le confirmaron en su vocación al Opus Dei como numeraria auxiliar.










