La clave está en lo pequeño
Me dedico a las tareas del hogar como Dora. Un día, a finales de septiembre, antes de sentarnos a la mesa, quité el papel de aluminio a la fuente de pollo, que había utilizado para calentarlo, y lo arrojé a la basura.
¡Dora se lució el día de su cumpleaños!
Como estaba muy justo de tiempo para tomar un vuelo de traslado a Quito, me encomendé a Dora, con la grata sorpresa de que, al llegar al lugar de los equipajes, mi maleta ya estaba afuera. Pero...
En el coche no me falla nunca
No me ha faltado su ayuda en tantos pequeños favores. No sé si ella sabía manejar pero como chofer no me ha fallado nunca: estoy inmensamente agradecida.
La tijerita
En plenas vacaciones y con la casa llena de familiares, corría de un lado para otro haciendo varias cosas a la vez...
El pasaporte
Hace seis meses, durante nuestra mudanza a una nueva casa, con todo lo que eso conlleva, mi esposo me entregó para archivar, con otros documentos, su pasaporte recién tramitado.
Dinero perdido
Estuve muy preocupada por un dinero que debía tener en casa, pero no encontraba. Después de buscarlo por espacio de una semana, encontré una estampita con la oración de Dora.
¡Dora, la cuidadora!
La persona que cuida a mi madre iba ser intervenida quirúrgicamente. Necesitábamos alguien para hacerse cargo de las dos enfermas y de las tareas de la casa...
No me quemé
Cocinando se me volcó la sartén y me cayó el aceite hirviendo en los pies y en las piernas. Me encomendé a Dora...
Boda, casa y tantas otras cosas
He tardado un año en animarme a escribir los favores que Dora me consigue continuamente desde septiembre de 2015, por considerar que no son de tanta importancia. Pero finalmente, hoy me he decidido a hacerlo, pues ya llevo unos cuantos acumulados y ¡tengo que dar las gracias por tantos mimos de Dora!
Una joven decidida a abrirse camino
Al acabar la guerra civil española, en 1939, Dora tenía 25 años, se dirigió a Madrid y allí comenzó a trabajar en casas de familia.