Es difícil resumir un día de la JMJ por la intensidad de las horas. Ayer por la mañana estuve en una catequesis con el prelado de la Obra, Mons. Javier Echevarría. Estuvimos muchas personas. Nos animó a rezar por el Papa, estar pendientes de su mensaje y ofrecer las pequeñas contrariedades para que la JMJ salga muy bien y suponga un paso de generosidad para todos.
Por la tarde pensaba ir a los museos pero me llamaron de Ifema para echar una mano… así que, lo primero es lo primero. Me hacía ilusión dedicar la tarde a ver con mis propios ojos el estupendo programa cultural que ha preparado la JMJ pero ser voluntaria es estar disponible para lo que te puedan necesitar, en este caso repartir acreditaciones a los peregrinos que siguen llegando a Madrid.
Por la noche, estuve ayudando a preparar una cena típica española para el grupo de peregrinas belgas y americanas que se alojan en mi Colegio Mayor y después, por fin, me fui con un grupo de voluntarios a un concierto que había de bandas sonoras… bueno, eso pretendía, con el cansancio nos confundimos de sitio y acabamos en otro acto cultural.
Ahora me voy a recibir al Papa, luego os sigo contando.