Una ayuda en el Camino

Desde el 7 de julio, los peregrinos del Camino de Santiago, a 54 Km. de la meta por la ruta francesa, se encuentran con una singular ayuda en el camino, anunciada en varios carteles. Se trata de la exposición Vida, Mensaje y Herencia de san Josemaría Escrivá de Balaguer, colocada en el polígono de la Madanela, en la localidad de Furelos.

Tres peregrinas, en la entrada de la exposición.

La exposición, instalada a iniciativa de D. Javier Carballo, párroco de Furelos, consta de paneles y vídeos con la voz y la imagen de san Josemaría, está concebida como una ayuda al peregrino para reforzar el sentido espiritual del Camino de Santiago y dar a conocer el mensaje del Fundador del Opus Dei, que peregrinó por primera vez a Santiago de Compostela en julio del año santo 1938 y visitó la tumba del Apóstol en otras ocasiones, la última en julio de 1961.

A lo largo de estas semanas, son ya varios los miles de peregrinos que han visitado la exposición, a la que también acuden muchos habitantes de los alrededores. La realidad está demostrando que, a pesar de que la muestra abre sus puertas a partir de las 8 de la mañana y tiene previsto su cierre a las 6 de la tarde, la afluencia de peregrinos hace difícil cumplir con el horario establecido...

Es increíble —decía un señor de mediana edad de una parroquia vecina—. Vi el cartel que hablaba de un santo, pero como aquí no hay ninguna iglesia... no me podía imaginar que esta nave acogiera algo tan interesante para todos los católicos... ¡Es maravilloso, qué bien habla, qué bien se le entiende todo a este santo!

El libro de firmas está cuajado de peregrinos de origen diverso, y en algunos casos remotos, como Robin y Marta que vienen de Alaska; otros provienen de Sicilia, como Salvatore; Suzana de Brasil, Colette del francés Hute-Garonne; y tampoco faltan caminantes de Suiza, Alemania, Suecia, Puerto Rico, Bélgica, Filipinas... Unos han dejado constancia de la ayuda recibida en el libro de firmas, otros manifiestan su alegría por encontrar a san Josemaría en su camino y tampoco faltan los que entran simplemente a saludar.

Uno de los voluntarios que atiende las consultas de los visitantes, narra cómo a veces no resulta fácil la comunicación, como en el caso de unos novios, él de Gambia y ella alemana: Conseguimos entendernos en inglés y con la ayuda del reverso de la estampa de san Josemaría. Él es musulmán, ahora está conociendo el cristianismo y piensa que, en definitiva, lo importante es buscar y hacer en todo momento la voluntad de Dios. Se llevaron estampas y la información sobre el jubileo. También dejó constancia de su visita en el libro de firmas con un amplio párrafo escrito en árabe.

Un grupo de seminaristas hizo un alto en el camino. Uno de ellos escribe: Que el Apóstol y san Josemaría me acompañen en el viaje a Santiago de Compostela y que estén los dos unidos en mis cuatro años de seminario que me quedan ¡Viva el santo Padre!

Karina, otra peregrina procedente de México que visitó la exposición con dos amigas, dejó su testimonio escrito, después de agradecer la hospitalidad y el ánimo recibidos: he terminado mi carrera universitaria viviendo en una residencia del Opus Dei y quisiera dejar constancia de mi profundo agradecimiento y cariño a la Obra, pues me han ayudado a buscar y encontrar a Cristo. Ahora hago este camino para aprender a amar a Cristo y sé que sus oraciones me acompañan. Gracias.

Una foto, junto a san Josemaría.

Los días próximos al 25 de julio la afluencia de visitantes se multiplicó y también el trabajo de los voluntarios que atienden la exposición. Así lo contaban: a pesar de que somos diez personas, en las dos horas y media que llevamos aquí esta mañana no hemos tenido ni un minuto de respiro porque entra gente sin parar: unos voluntarios sellan la compostela, algunos escriben, otros echan un vistazo... También resolvemos algunos problemas y hacemos curas cuando se tercia. Unos chicos observan atentamente los vídeos, vienen con D. Javier Santos, vicario de la parroquia de san Josemaría de Valencia, que nos comentó que sólo el hecho de ver los paneles es una gran ayuda para el peregrino. Así consta en el libro: Somos un grupo de jóvenes de la parroquia de san Josemaría Escrivá de Valencia y encontramos en el camino, emocionados, esta maravillosa exposición de san Josemaría. ¡Enhorabuena! Que Dios os bendiga por esta maravillosa iniciativa que tantísimo bien hace a muchos, entre ellos a nosotros. 16 de julio de 2004, Virgen del Carmen. Javier Santos, vicario parroquia san Josemaría.

Otros peregrinos anónimos expresan su sorpresa, emoción y agradecimiento en el libro de firmas, del que transcribimos algunos testimonios:

— San Josemaría ¡siempre por medio del camino! como los buenos padres pendientes de los hijos. Que esta peregrinación ayude a cada uno a caminar al paso que Dios espera...

— Las señales de Dios siempre están delante de nuestros ojos, solo hace falta abrirlos.

— Gracias a san Josemaría y a esta exposición; sin ayuda el camino cuesta y merece la pena llegar.

Un equipo de guías ayudan a los peregrinos.

— Que en el camino de la vida siempre podamos encontrar “referencias” como ésta, que nos centran.

— Muchas gracias por el buen rato que he pasado junto a vosotros y vuestra alegría y por lo que me ha iluminado esta exposición.

—¡Muchas gracias por este aliento en el camino que empuja para la vida!

— Me pareció cosa del destino encontrarme en el camino precisamente con la exposición sobre este hombre. Vine a pedir a Santiago salud para mi familia (...) Espero que Santiago y san Josemaría nos escuchen. Gracias.

— Reencuentro el camino de mi juventud (...). Emocionado y agradecido.

Son muestras sencillas pero elocuentes de que por el corazón del peregrino de Santiago, desde hace siglos, siguen pasando muchas cosas. Es el toque de Dios.