Un ‘Banco’ para redistribuir alimentos en Aragón

En Zaragoza, desde hace 10 años, una asociación conocida como el ‘Banco de alimentos’ recibe comestibles de las grandes firmas y los redistribuye entre quienes pasan necesidad. Algunas personas del Opus Dei colaboran en esa iniciativa.

Los alimentos se recogen gracias a la generosidad de muchas personas y empresas.

“Sueño —y el sueño se ha hecho realidad— con muchedumbres de hijos de Dios, santificándose en su vida de ciudadanos corrientes, compartiendo afanes, ilusiones y esfuerzos con las demás criaturas”. Así animaba san Josemaría Escrivá a los fieles del Opus Dei a involucrarse en la mejora de la sociedad, a trabajar codo con codo con otras personas con la misma inquietud social.

Desde hace diez años, algunas personas del Opus Dei comparten con otros vecinos de Zaragoza la misma ilusión por impulsar el Banco de Alimentos de Aragón. Con un espíritu cristiano, todos trabajan por redistribuir la comida que en algunos lugares sobra y en otros falta.

Con motivo de su décimo aniversario, se han inaugurado los nuevos locales de la Fundación, cedidos por el Ayuntamiento de Zaragoza, situados en la calle Pablo Ruiz Picasso.

La presidenta, Ramona Albesa y el vicepresidente, José Luis Pueyo, junto con la concejala de Zaragoza, Carmen Dueso; el representante de Ibercaja, José Francisco Bergua; y Francisco Río, de la Caja de Ahorros de la Inmaculada -entidades que han ayudado en el equipamiento- inauguraron los locales. También asistieron algunos deportistas aragoneses, siempre solidarios con estas causas, como la patinadora Sheila Herrero, o los nadadores Jorge Sánchez y Teresa Perales.

En el mismo acto, se entregaron los diplomas “Amigos y Alimentos”, que premian la ayuda desinteresada y generosa a la iniciativa, a Daniel Criado y Ana Sesé, representantes de las empresas de transportes Transfriebro y Trans Sesé.

Más de cuarenta voluntarios trabajan en el Banco de Alimentos de Aragón, recibiendo y distribuyendo la mercancía que aportan diferentes fabricantes aragoneses, como Chocolates Lacasa, La Bella Easo, Pastas Romero, Pastas Arruabarrena, Harinera de Tardienta o Magdalenas Lázaro, entre otros.

También es importante la colaboración de las grandes superficies, como El Corte Inglés, Alcampo, Carrefour y Sabeco, que no sólo participan con las famosas campañas “El kilo solidario”, sino que también aportan partidas de alimentos con algún pequeño defecto de embalaje.

“El periodo de almacenaje aquí es muy breve porque enseguida derivamos la mercancía a los centros que más lo necesitan”, explicó Pueyo, aludiendo a los albergues, parroquias, centros de acogida y rehabilitación, residencias, comedores y comunidades religiosas con las que colaboran.