Torreciudad acogió el sábado 3 de mayo la 1ª Jornada para familias con hijos con capacidades diferentes, en la que han participado personas con síndrome de Down, enfermedades raras y otras situaciones.
Procedían de Madrid, Cataluña, Huesca, Logroño y Zaragoza. La oración a la Virgen por estas familias y sus necesidades, junto a las de la Iglesia y el próximo Papa, fue la nota destacada de una jornada festiva.

Lola, la madre de Noé, síndrome de Down, resume muy bien la jornada: ha sido muy entrañable, con una oración que revela que la fe es clave para llevar adelante nuestra tarea como padres, que en nuestro caso es una tarea un poco más desafiante. Me gustó mucho también la convivencia, la comida, los juegos….porque crear lazos siempre nos ayuda, ya que a veces estamos un poco solos”.
La jornada contó con la colaboración del Ayuntamiento de El Grado, que ofreció el área de la ermita del Viñero. Al llegar a Torreciudad tuvieron la bienvenida y un recorrido guiado por el recinto.
Los niños fueron los protagonistas y tuvieron varios juegos de entretenimiento y un taller para elaborar dibujos y oraciones que fueron presentados a la Virgen durante la eucaristía celebrada por D. Ángel Lasheras.

A las ofrendas se han añadido también flores y cartas escritas para la Virgen. Tras la comida al aire libre en El Viñero, las familias tuvieron un festival con canciones y luego rezaron el rosario en el cementerio de El Grado, donde está enterrado Javier, niño con síndrome de Down que falleció con 8 años de una leucemia, pocos días después de recibir la Primera Comunión.
Lola, madre de Noé, con síndrome de Down: “La fe nos ayuda en el desafío de educar a estos hijos y nos acompaña”
Sus padres, Marta y Pablo, Delegados de Torreciudad y organizadores de la jornada junto a otra madre, Toñi, han despedido a las familias con el deseo de volver a encontrarse todos con una convocatoria que quiere ser anual. Los mismos deseos manifestaron las familias que trajo el Proyecto Lázaro, que impulsa la Asociación Ginesta, de Barcelona.
Marta destacó entre los participantes la nota común de la alegría y habló con admiración de “una pareja que había adoptado a su primer hijo, con síndrome de Down, y que conectarán con otras familias que comparten tu situación”.

También se refirió a un grupo de una parroquia de Barcelona, y a una madre que peregrinó con tres hijos autistas: “me dijo que había sufrido porque dos hijos se pusieron mal y estaban muy inquietos durante la misa. El sacerdote les tranquilizó y yo pienso que Dios ayuda especialmente a esta familia. Le dije que la Virgen le premiará especialmente esta peregrinación, que implica un desplazamiento a veces complicado”.