La Virgen morena de Torreciudad

«Volveos a María. En la sonrisa de la Virgen está misteriosamente escondida la fuerza para continuar la lucha contra la enfermedad y a favor de la vida», explica Javier Mora-Figueroa, al relatar la historia de la talla de Virgen de Torreciudad y alguna de sus características.

Cuando la devoción a una imagen concreta de la Virgen es secular uno es consciente de que no es casual ninguno de los hechos históricos que han hecho posible esa devoción. 

En el caso de la Virgen de Torreciudad sabemos en el siglo XI, cuando los cristianos llegan a esta tierra, lo primero que hacen es entronizar esa misma imagen que ahora se venera en el nuevo santuario. 


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Lo primero que se nos ocurre es preguntarnos por qué la Virgen es morena cuando la madera de la que se esculpió era una madera blanca. La más bonita -a mi modo de ver- es la explicación que Lope de Vega da en una de sus obras menos conocidas. Pone en boca de la Virgen estas palabras: Morenita, me adoran cielos y tierra porque el sol de mis brazos estoy morena. Tanto sol me ha dado de este Niño hermoso que hasta mi pecho amoroso tengo abrasado. 

Y si queremos seguir disfrutando de la belleza de la imagen podemos detenernos en sus ojos, o sin duda podemos detenernos en su sonrisa, una sonrisa que los artistas de la edad media han sabido resaltar tan prodigiosamente: ¡volveos a María! En la sonrisa de la Virgen está misteriosamente escondida la fuerza para continuar la lucha contra la enfermedad y a favor de la vida porque la sonrisa es lo primero que un infante recién nacido descubre en el rostro de su madre. 

Pero más significativo todavía es el corazón. Corazón quiere decir intimidad de sentimientos, y cuando nos acercamos a María y hablamos con ella de corazón a corazón recibimos el más garantizado mensaje de Jesús. 

Juan Pablo II conocía y rezaba esa oración que comienza con el totus tuus: Soy todo tuyo y todo cuanto tengo es tuyo. Tú eres mi todo, préstame tu corazón, no hay otra cosa mejor que pedir. Préstame tu corazón para que yo pueda querer a todo el mundo, y sobre todo con un corazón especial para que quiera a tu Hijo como sólo tú fuiste capaz de hacerlo.