«Comenzamos el noviazgo de la mano de la formación»

Hace 50 años, la visita de san Josemaría a Guatemala dejó una huella profunda, inspirando a muchos guatemaltecos a vivir y difundir su mensaje en todo el país. Mercedes y Robinson nos cuentan cómo la formación del Opus Dei ha transformado su matrimonio y su camino de vida.

La historia de Mercedes y Robinson forma parte del multimedia «El viaje del viaje», que se editó con ocasión del 50 aniversario de las catequesis de san Josemaría por América del Sur. A continuación reproducimos su testimonio.


Yo conocí la Obra gracias a Mercedes, quien me invitó en 2016 cuando apenas éramos amigos. Un día, ella mencionó que iba a recibir una charla con un sacerdote, una meditación y hacer oración con una amiga en un centro de la Obra. Me llamó mucho la atención y le dije que también quería ir. Sin embargo, ella me explicó que había un centro universitario para varones al que podía asistir si realmente me interesaba la formación. Así fue como empecé a ir. Me dio la información de un centro y, desde entonces, asisto ahí.

Nuestra experiencia con la formación y el noviazgo

Soy Robinson, ella es Mercedes y él es nuestro hijo, Javier. Mercedes conoció la Obra desde muy pequeña porque su padre asistía a formación gracias a un amigo. Desde niña, participaba en actividades familiares y, más adelante, empezó a ir a un centro universitario. Fue su padre quien la llevó por primera vez, y el ambiente de familia y amistad que encontró ahí la motivó a seguir asistiendo.

Comenzamos nuestro noviazgo justamente asistiendo a una charla sobre el noviazgo impartida por un sacerdote de la Obra. Aunque la charla estaba dirigida a novios comprometidos o con relaciones largas, nos ayudó a construir las bases de nuestra relación. La formación que recibimos desde el inicio de nuestro noviazgo marcó una diferencia significativa, ya que nos ayudó a fortalecer nuestro compromiso y a prepararnos para el matrimonio.

La formación y nuestra vocación al matrimonio

Desde el inicio de nuestra relación, ambos teníamos clara nuestra vocación al matrimonio y el deseo de formar una familia. La formación que recibimos nos ayudó no solo a nivel personal, sino también en nuestro crecimiento como pareja. Nos permitió profundizar en la vocación matrimonial y prepararnos para una decisión tan importante, con la certeza de que sería para toda la vida.

Un mensaje que marcó mi vida fue una enseñanza de San Josemaría sobre la importancia de la amistad. Me hizo comprender que los amigos tienen un papel fundamental en nuestra vida y que el apostolado que podemos hacer por ellos es muy valioso. Saber que podemos contar con nuestros amigos y que ellos cuentan con nosotros y nuestras oraciones cambió mi perspectiva. Fue en ese momento cuando pensé: Esto es para mí.