El santuario de Torreciudad fue una bendición para este territorio. Aunque se despobló mucho por la industrialización que hubo en esos años, la obra física dio mucho trabajo y trajo muchos jornales a la gente que podía trabajar ahí.
De Alquézar bajaban 50 personas. O sea, fíjate la cantidad de jornales que tuvo esa gente cuando se estaban planteando marcharse a otros sitios.