Mañana llega a Madrid el Santo Padre Benedicto XVI. Con esperanza deseamos escuchar las palabras dirigidas a los jóvenes del mundo. Mientras tanto, hoy publicamos algunas breves frases dirigidas a los jóvenes en diversas ocasiones, como en el encuentro mantenido en el Reino Unido, y las últimas JMJ en Colonia y Sidney.
●●● Saludo del Santo Padre a los jóvenes. Westminster (Reino Unido), 2010
• Piensa en todo el amor que eres capaz de recibir y en todo el amor que eres capaz de ofrecer.
• Cada día hemos de optar por amar, y esto requiere ayuda, la ayuda que viene de Cristo.
• Os pido que miréis vuestros corazones cada día para encontrar la fuente del verdadero amor. Jesús está siempre allí: escuchemos su voz.
• La verdadera oración, requiere disciplina; requiere buscar momentos de silencio cada día.
• Incluso en medio del "ajetreo" y las presiones de nuestra vida cotidiana, necesitamos espacios de silencio.
• En el silencio encontramos a Dios y descubrimos nuestro verdadero ser.
●●● Benedicto XVI. JMJ Sidney 2008. Vigilia de oración.
• Acoged en vuestro corazón y en vuestra mente los siete dones del Espíritu Santo. Reconoced y creed en el poder del Espíritu Santo en vuestra vida.
• Alejarnos de Él es sólo un intento vano de huir de nosotros mismos. Enfrentarnos a la realidad, no huir de ella: esto es lo que buscamos.
• Las ideas o las palabras que carecen de amor, aunque parezcan sofisticadas o sagaces, no pueden ser «del Espíritu».
• Haced que el amor unificador sea vuestra medida, el amor duradero vuestro desafío y el amor que se entrega vuestra misión.
• Lo que constituye nuestra fe no es principalmente lo que nosotros hacemos, sino lo que recibimos.
• La vida no es un simple acumular y es mucho más que el simple éxito: es ser transformados desde el interior, estar abiertos a la fuerza del amor de Dios.
• Si acogéis la fuerza del Espíritu Santo, también vosotros podréis transformar vuestras familias, comunidades y naciones.
●●● Benedicto XVI. JMJ Sidney 2008. Homilía en la Santa Misa.
• El amor de Dios puede derramar su fuerza sólo cuando le permitimos cambiarnos por dentro.
• Debemos permitirle penetrar en la dura costra de nuestra indiferencia, de nuestro cansancio espiritual, de nuestro ciego conformismo con el espíritu de nuestro tiempo.
• Es importante la oración: la plegaria cotidiana, la privada en la quietud de nuestros corazones y ante el Santísimo Sacramento, y la oración litúrgica en el corazón de la Iglesia.
• En muchas de nuestras sociedades, junto a la prosperidad material, se está expandiendo el desierto espiritual: un vacío interior, un miedo indefinible, un larvado sentido de desesperación.
• Éste es el don grande y liberador que el Evangelio lleva consigo: él revela nuestra dignidad de hombres y mujeres creados a imagen y semejanza de Dios.
• No tengáis miedo de decir vuestro «sí» a Jesús, de encontrar vuestra alegría en hacer su voluntad, entregándoos completamente para llegar a la santidad y haciendo uso de vuestros talentos al servicio de los otros.
●●● Benedicto XVI. Colonia 2005. Vigilia de oración.
• Los beatos y los santos han sido personas que no han buscado obstinadamente su propia felicidad, sino que han querido simplemente entregarse.
• Sólo de los santos, sólo de Dios proviene la verdadera revolución, el cambio decisivo del mundo.
• No son las ideologías las que salvan el mundo, sino sólo dirigir la mirada al Dios viviente.
• Dios es nuestro creador, el garante de nuestra libertad, el garante de lo que es realmente bueno y auténtico.
• La revolución verdadera consiste únicamente en mirar a Dios, que es la medida de lo que es justo y, al mismo tiempo, es el amor eterno.
• Y ¿qué puede salvarnos sino el amor?
●●● Benedicto XVI. JMJ Colonia 2005. Homilía en la Santa Misa.
• Haciendo del pan su Cuerpo y del vino su Sangre, Jesús anticipa su muerte, la acepta en lo más íntimo y la transforma en una acción de amor.
• Lo que desde el exterior es violencia brutal ―la crucifixión―, desde el interior se transforma en un acto de un amor que se entrega totalmente.
• La Eucaristía debe llegar a ser el centro de nuestra vida.
• En la liturgia de la Iglesia no somos nosotros los que hacemos fiesta para nosotros, sino que es el mismo Dios viviente el que prepara una fiesta para nosotros.
• En el sacramento de la Reconciliación la bondad misericordiosa de Dios permite siempre iniciar de nuevo nuestra vida.
• El fin de semana permanece vacío si en él no está Dios.
• Quien ha descubierto a Cristo debe llevar a otros hacia él. Una gran alegría no se puede guardar para uno mismo.
• El Catecismo de la Iglesia católica y el Compendio de ese Catecismo son dos libros fundamentales que querría recomendaros a todos vosotros.
• Construid comunidades basadas en la fe.
• No debemos abandonar a los ancianos en su soledad, no debemos pasar de largo ante los que sufren.
• Es mucho más bello ser útiles y estar a disposición de los demás que preocuparse sólo de las comodidades que se nos ofrecen.
Homilía del cardenal Rouco en la Misa de Inauguración de la JMJ Madrid 2011.