Los voluntarios de la DANA, reconocidos por los Premios ¡Buenos días, Javi y Mar!

Cadena 100 ha otorgado el Premio "¡Buenos días Javi y Mar! Por Un Mundo Mejor" a todos los voluntarios de la DANA, que fue recogido por los creadores del documental que publicamos en Youtube recientemente.

La catástrofe provocada por la DANA en Valencia puso de relieve la solidaridad y el lado más humano de cientos de jóvenes. Lejos de los estereotipos que a menudo los etiquetan como la “generación de cristal”, demostraron un espíritu solidario y un compromiso que los ha convertido en auténticos héroes en medio de esta tragedia.



Estos voluntarios, algunos de ellos católicos de diócesis, realidades de la Iglesia y de labores apostólicas vinculadas con el Opus Dei, no dudaron en movilizarse para ayudar en las zonas más afectadas, llevando esperanza y alivio a quienes lo habían perdido todo. 

Este esfuerzo no pasó desapercibido y fue reconocido en los premios ¡Buenos días, Javi y Mar! Por un mundo mejor. Allí se destacó su labor incansable, desde limpiar escombros hasta ofrecer apoyo emocional y espiritual a los vecinos de Paiporta, Picanya o Torrent.


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La luz en medio de la oscuridad

Javier García, director de este documental, se encargó de capturar los momentos más significativos de esta ola solidaria. Su trabajo se convirtió en un conjunto de historias que no sólo documentan la tragedia, sino que sobre todo dan voz a los protagonistas: víctimas y jóvenes que se han involucrado con ellos.

“Aquí hay jóvenes que hacen oración y ofrecen su ayuda, por supuesto, material, pero también de acompañamiento y espiritual. Esto trasciende, y lo percibes. Había un cariño especial. La idea es continuar ayudando y se sigue haciendo mucho hincapié en que los jóvenes sigan yendo. Jóvenes y no jóvenes, -pero bueno estamos centrados en esto porque ha sido lo más llamativo-”, comentó Javier a Cadena 100. 

Él y su equipo estuvieron presentes durante los primeros días tras el desastre, un tiempo marcado por el dolor y la incertidumbre. La sensibilidad con la que se abordó el proyecto fue clave, ya que se trataba de grabar en hogares devastados por la pérdida.

La producción del documental exigió una planificación y una producción cuidadosa, incluyendo la elección de los lugares y las historias que mejor reflejaran el impacto de la ayuda. “Hubo un trabajo previo de preproducción, después de organizar muy bien qué queríamos, cómo lo queríamos contar, con qué cuidados ir. Nos informamos muy bien sobre a dónde iban los jóvenes”, explicó.

Una generación que rompe estereotipos

Para Javier García, lo más destacable fue el papel de los jóvenes: “Yo aquí me muestro súper optimista. Una cosa es lo que nos quieren contar de los jóvenes y de la humanidad en general y otra cosa es lo que hay. Las personas vivimos rodeadas de amor, necesitamos amor, el amor es la clave de todo y nadie vive sin amor, por mucho que queramos vender el yo, mí, me, conmigo. Lo que ocurrió fue eso, gente desinteresada que quería ir a ayudar".

"Al final es una ola de amor y esperanza para la gente que está devastada", esa luz que muchos necesitaban en medio del caos, afirmó Javier.

Este proyecto, más que una producción audiovisual, es un testimonio del poder de la solidaridad y el amor en tiempos de adversidad que invita a reflexionar sobre el papel de cada uno en la construcción de un mundo mejor y a la hora de ayudar a quienes más sufren.