Destino: Tierra Santa

La primera semana de julio 23 universitarias de los Colegios Mayores Aldaz, Olabidea, Goimendi y Alcor viajamos a Tierra Santa.

Universitarias de los colegios mayores Aldaz, Olabidea, Goimendi y Alcor en Aim Karimi

Me llamo Gabriela y tengo 19 años. Acabo de volver de Tierra Santa, acabo de vivir una experiencia inolvidable. Además de haber podido estar en contacto con otra cultura, observar de cerca su gente, tomar la comida típica, ver los exóticos paisajes... sobre todo he podido encontrarme con el escenario en el que hace dos mil años vivió Jesucristo.

Llevo años participando en convivencias de verano pero nunca he vivido algo así. Las convivencias de verano ayudan a mejorar humana y sobrenaturalmente; a la vez que se hace, por ejemplo, un campamento, unas jornadas científicas o un campo de trabajo. Sin embargo esto no pasa en Tierra Santa. Aquí no hay plan alternativo, no hay actividad aparte. Es un viaje cuya exclusiva finalidad es conocer más la tierra de Jesús. Aquí es muy sencillo hablar con Él; puedes imaginar que se apoyaba en los mismos árboles que tú, que comía el "pescado de San Pedro" (que algunas valientes probaron) o que nadaba en el Genesaret, en el que emocionadas metíamos los pies.

'Aquí es muy sencillo hablar con Él; puedes imaginar que se apoyaba en los mismos árboles que tú o que nadaba en el Genesaret'.

Me impactó especialmente el Vía Crucis por la Vía Dolorosa, actualmente en pleno mercado del barrio árabe. En medio del bullicio, el olor a especias y las estrechas calles, otro grupo rezaba el Vía Crucis. Ellos eran de color, llevaban sus típicas ropas amplias y multicolores, cantaban. Tenían otro carisma, pero hacían lo mismo, rezaban lo mismo, querían encontrar a Dios, como nosotros.

Basílica de la Anunciación.

En mi grupo éramos un total de 25 personas y cada una se lleva su propia experiencia pero todas estamos de acuerdo en el cariño especial con el que recordaremos siempre la ciudad de Belén. Para llegar hasta allí hay que atravesar un grueso muro que divide Israel de Palestina. Nos causó impacto entrar a la basílica de la Natividad por una puerta tan pequeña, las paredes frías y oscuras, el interior pobre; esta sucia y vacía. Ofrece un aspecto tan desolador que sitúa a la perfección la pobreza en la que nació el Rey de Reyes.

Sin embargo, tras esta lección de humildad aplastante, se siente una gran felicidad. Todas estábamos alegres en Belén, porque al besar la Estrella de la Gruta, ver los adornos navideños y cantar villancicos descubrimos que hasta en pleno julio, en Belén siempre es Navidad.

'Peregrinar a Tierra Santa es un sueño, tiene que serlo para cualquier cristiano, pero un sueño del que no se debe despertar'

Otra de las cosas que he descubierto allí es el verdadero significado de la palabra " Ecumenismo ". Allí he podido besar la piedra del Santo Sepulcro custodiada por un sacerdote ortodoxo griego; meter la mano en el hueco donde estuvo clavada la Cruz, tras una hermana misionera de la Caridad, rezar el Ángelus a la Virgen en una Iglesia de rito copto o rezar el Rosario en el Carmelo, mientras se celebra una Misa en japonés.

'Otra de las cosas que he descubierto allí es el verdadero significado de la palabra Ecumenismo'.

El viaje a Tierra Santa no empezó en el aeropuerto de Barajas. Empezó cuando me invitaron a ir y acepté. Pero hasta que las ruedas del avión no tocaron el suelo israelí no fui consciente del sueño en el que, ahora sé que no es casualidad, nos habíamos metido. Porque peregrinar a Tierra Santa es un sueño, tiene que serlo para cualquier cristiano, pero un sueño del que no se debe despertar.

Este viaje empieza antes de ir y no termina nunca. Todo lo que aprendes, todo lo que mejoras, tiene que durarte siempre.