Al terminar, hizo un master de Teología en Roma, algo poco frecuente en Europa, pero relativamente frecuente en el currículum de muchos estudiantes norteamericanos. En la actualidad prepara su doctorado en Medicina en Chicago.
Tapia nació en el seno de una familia sin convicciones religiosas y decididamente atea. Se convirtió en su juventud y mas tarde pidió la admisión en el Opus Dei como supernumerario. Extractamos algunas preguntas de la entrevista:
“A sus veinticuatro años, Daniel Tapia tiene muy claras sus convicciones religiosas. Es católico y miembro del Opus Dei, a pesar de que vive en un país, Estados Unidos, en el que el catolicismo es una religión minoritaria. Estos días ha estado en Galicia, participando en una convivencia cristiana.
¿Cuál es el motivo de tu visita a Galicia?
He venido a participar en una convivencia cristiana del Opus Dei y también a conocer Santiago y su catedral.
¿Cuándo decidiste hacerte católico?
Cuando tenía ocho años mi madre falleció de cáncer de mama y yo sentí la necesidad de buscar consuelo en la religión. Me ayudó a entender qué es la vida y la muerte. Sin embargo, hasta los trece años no me convertí.”
Aunque esta decisión no gustó en su ambiente familiar, siguió adelante:
“Sí, porque sentí la llamada de Dios. Así es la vida".
¿Cómo llegaste hasta el Opus Dei?
Yo iba a Misa todos los domingos, hasta que conocí a un miembro del Opus Dei que me enseñó la doctrina y me hice miembro de la Obra.
Tú has estado un año en Roma. ¿Has encontrado muchas diferencias entre el modo de vivir la fe en tu país y Europa?
Si, en América el catolicismo es una religión minoritaria y los que la practican no hacen diferencias entre liberales o moderados. No hay interpretaciones.”