Father Joseph había muerto únicamente unas semanas antes, y conocíamos su empeño por conseguir casas para la Obra, cuando estaba empezando la labor en los Estados Unidos y no había dinero. Acudimos a su intercesión.
En dos semanas, nuestras oraciones fueron atendidas. Unos amigos de Washington D.C. hablaron con una pareja de ancianos sobre nuestros problemas, y respondieron que éramos la respuesta a sus oraciones: tenían una casa para alquilar, y preferían ofrecerla a una pareja con niños pequeños que a un grupo de estudiantes, si bien sabían que un matrimonio joven no podia permitirse pagar rentas altas.
Así que logramos, gracias a la intercesion de don José Luis, una preciosa casa en la zona de Washington que soñábamos. Nuestros siguientes cinco hijos nacieron en ella. Esa casa conserva nuestros mejores recuerdos.
P.F., Maryland, USA