Llevar la reunión a buen término

Pedí a Dora que me ayudase a llevar a buen término la reunión, no sólo desde el punto de vista profesional sino también humano, salvando la delicadeza y la caridad de la que en muchas ocasiones se prescinde en las reuniones de trabajo.

Se acercaba la fecha en la que se iba a realizar una Junta de accionistas cuyo orden del día nos tenía en vilo a todos los que íbamos a participar en la misma, tanto por la importancia de los temas a tratar como por las repercusiones profesionales y personales que cada decisión iba a suponer en varias personas.

Pedí a Dora que me ayudase a llevar a buen término la reunión, no sólo desde el punto de vista profesional sino también humano, salvando la delicadeza y la caridad de la que en muchas ocasiones se prescinde en las reuniones de trabajo.

Dicho y hecho, se adoptaron decisiones muy duras, pero teniendo en consideración a las personas a las que afectaban, que días después mostraron su agradecimiento por la delicadeza con la que se trataron todos los asuntos.

I. L. (España)