El acto tuvo lugar en la Oficina Internacional de Comunicación del Opus Dei en Roma. Intervinieron María Del Rincón y María Teresa Escobar, autoras del libro y don Francesco Russo, director de la oficina de las causas de los santos de la prelatura del Opus Dei.
“Letras a un santo nació tras el anuncio de la próxima beatificación, por la necesidad de dar a conocer la vida de la futura beata. Sabíamos que en el Archivo General de la Prelatura se conservaban sus cartas (más de mil), y leerlas fue un gran descubrimiento. Trescientas de esas cartas iban dirigidas a san Josemaría. Nos pareció un modo muy concreto de conocerla a ella en directo, sin intermediarios”, explicó María. Se optó por una edición digital para tener este material disponible cuanto antes.
En el libro, como señala el prólogo, se recogen extractos de la correspondencia con el fundador del Opus Dei. En ellas, la futura beata abre su alma a San Josemaría, mostrándole sus alegrías, dificultades y esperanzas en el camino de santidad que está recorriendo. Aunque son cartas escritas hace más de medio siglo, interpelan al público de hoy. “Yo misma me he sentido identificada, y movida por Guadalupe. Una mujer apasionada por su profesión, la química, y que con la misma pasión se dedica a sacar adelante los proyectos que Dios le pone por delante, sin quedarse en los obstáculos. Una mujer muy realista, que convivió con la enfermedad desde muy joven, que reconoce sus defectos y aprende a reírse de ellos, que no se retrae, sino que fue feliz y vivió intensamente cada minuto…”, añadió María Teresa.
El libro se puede descargar desde Itunes Apple Books ►“Letras a un Santo”y desde Google Play Books ►“Letras a un Santo”. Las autoras afirmaron que el ebook estaba teniendo muy buena acogida, y en menos de un mes había llegado a las 38.800 descargas; además se está traduciendo a distintos idiomas, como inglés, italiano, francés y portugués.
“Guadalupe pasó su vida -concluye don Francesco- nel bel mezzo della strada, como le gustaba repetir en italiano a san Josemaría: compartía los deberes, las ocupaciones y las nobles aspiraciones de sus contemporáneos. Por lo tanto, se comprometió a hacer la sociedad más humana y más justa, y lo hizo por amor a Cristo. Los santos, como escribió el Papa Francisco, son el rostro más hermoso de la Iglesia. Cada nuevo beato o santo es una inyección de esperanza y un compañero alentador en el camino de cada cristiano”.