Una joven amiga mía que trabaja con mucho entusiasmo y competencia en un club juvenil empezó a sentir molestias en las piernas. Al inicio, no le dio importancia, pero poco a poco el dolor fue aumentando y se vio obligaba a usar muletas. Hizo muchas averiguaciones médicas de todo tipo, siempre con resultado negativo. Más tarde, se descubrió que las molestias tenían origen en que ella, siendo más joven, había practicado basketball en competiciones, y esto era lo que le producía el dolor que la estaba invalidando.
Había practicado basketball y esto era lo que le producía el dolor que la estaba invalidando.
Desde el principio, al manifestarse los primeros síntomas, empecé a pedir por ella a Encarnita, a quien había conocido en Roma hace muchos años. Me dirigí a ella con confianza, diciéndole que me demostrara el cariño y la amistad que había experimentado cuando la conocí. Recé la oración de la estampa con seguridad todos los días y tengo que decir, con infinita gratitud, que han desaparecido todos los dolores de esta amiga y ha vuelto a trabajar con alegría y empuje en las actividades. Agradezco a Dios a través de Encarnita y ahora pido otros favores por su intercesión.
G.F., 16 /02/2014, Italia