La relación de mi familia con la Obra viene de lejos, de principios de los años setenta, poco más o menos. Mi padre, que está a punto de cumplir los noventa, conoció a D. José Luis Múzquiz cuando vivía en Jerez, y desde entonces presume de haber sido chófer de un santo, porque le llevó en algunos de sus múltiples desplazamientos por esta zona del sur de Andalucía.
Mi familia ha estado ligada al campo y las bodegas de vino, pero fue necesario ampliar las fuentes de ingresos para poder sacar adelante una familia con nueve hijos
Mi familia, como tantas en Sanlúcar de Barrameda, ha estado ligada al campo y las bodegas de vino, pero –como todos– pasamos por algunos momentos de crisis y fue necesario ampliar las fuentes de ingresos para poder sacar adelante una familia con nueve hijos.
Así surgió en 1997 la posibilidad de adquirir la concesión de una gasolinera en la carretera que se dirige a otra población cercana. Fue mi madre, fallecida el pasado año, la principal impulsora del negocio en el que nos fuimos involucrando varios de los hijos desde el principio, en medio de grandes dificultades.
No sé exactamente el porqué, pero enseguida empezamos a encomendar a Isidoro los diversos problemas que fueron surgiendo. Quizá por la relación del hoy ya Venerable con las cuentas y con un trabajo técnico. El caso es que son incontables los favores que hemos recibido por su intercesión.
Uno de los favores de Isidoro más notables ha sido que no se desviase la carretera por un nuevo trazado, como estuvo en mente de las autoridades regionales
Uno de los más notables ha sido que no se desviase la carretera por un nuevo trazado, como estuvo en mente de las autoridades regionales. Esto habría supuesto un golpe mortal a los ingresos de la gasolinera y estamos convencidos de que debemos a Isidoro este favor.
Después nos ha ido solucionando problemas con proveedores, problemas de seguridad –no son pocos los asaltos que sufren este tipo de negocios y nosotros llevamos tiempo sin percances–, problemas de impagos por parte de clientes o con algún tipo de público relacionado con el mundo de las drogas, que no interesa que aparezca por allí.
Este año hemos pensado que le debemos a Isidoro algo mejor y hemos decidido adquirir un azulejo con su imagen y la oración
Desde el comienzo tuvimos una estampa para la devoción privada en un marco a la vista, detrás del mostrador, pero este año hemos pensado que le debemos a Isidoro algo mejor y hemos decidido adquirir un azulejo con su imagen y la oración. A veces, la gente pregunta quién es el de la imagen, si se trata de un pariente o del dueño de la gasolinera, y es ocasión de explicar que es el guardián y principal benefactor de nuestro trabajo y les animamos a que acudan a él para temas laborales.
No dejamos de asombrarnos por el número de favores que recibimos en el día a día de quien consideramos, con todo cariño, nuestro socio Isidoro.