La convivencia más intensa o el estar encerrado en casa ponen de relieve que a veces son cosas aparentemente nimias las que crean un clima determinado o marcan la diferencia. Y está al alcance de todos velar por ello. Hoy, pues, algunos recursos para sacar brillo a lo ordinario en situación extraordinaria.
1. ¿Qué haríamos sin la belleza? Algunos testimonios nos hablan de la belleza de lo cotidiano.
∙ Un músico que escucha lo invisible o cómo la música nos acerca a Dios y a los demás
∙ Un pintor que contempla atardeceres o cómo el color se aprecia mejor cuando está nublado.
∙ Un sacerdote que ama la poesía como vía de acceso directo a la intimidad de Dios.
∙ Ella enseña peluquería y estética; él es taxista. Ambos cuentan el cambio que ha supuesto descubrir en su profesión la belleza que puede tener la vida ordinaria.
∙ «El mejor marketing es el trabajo bien hecho»: un reportaje sobre un emprendedor que puso en marcha una floristería en Granada que, por temporadas, da empleo a seis o siete personas.
2. Si estos días estás más en casa, te cuesta organizarte, te aburres o las tareas domésticas te aportan poco, algunas sugerencias:
∙ Lecciones de Dora del Hoyo sobre cómo manifestar el amor a través de la limpieza o la cocina.
∙ Cuando tu casa habla de Dios: el impacto en los demás del clima de un hogar.
∙ Los consejos de San Josemaría para ilusionarse con la vida ordinaria en un breve vídeo.
∙ El cariño en un nudo o cómo algo tan irrelevante como atar una bolsa marcó una vida.
3. Puedes recuperar algunos textos y audios para meditar.
∙ Elogio de la caridad, de San Agustín (y aprovecha para descubrir la sección de Padres de la Iglesia).
∙ La grandeza de la vida corriente, homilía de San Josemaría sobre la santidad en la vida cotidiana.
∙ El tesoro del tiempo, otra homilía sobre cómo el tiempo es un don de Dios que debemos aprovechar.
∙ Cosas pequeñas, una charla de la sección para cooperadores del Opus Dei.
4. Y para acabar, otro libro electrónico, esta vez sobre la familia, con dos artículos sobre el hogar: “Ambiente de hogar, escuela de amor” y “Hacer hogar: una tarea común que da sentido al trabajo”: Amor humano y vida cristiana